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Ciudadanía

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No a la sentencia del Tribunal Supremo, no al independentismo. Que salgan de la cárcel ya

El autor de este blog es, como todos saben, contrario a la independencia de Catalunya, y lo soy por razones que van mucho más allá de la sentimentalidad, los planteamientos relacionados con la idea de nación y la manera de leer la historia que ha llevado a la gente, en la edad moderna, al desastre. He definido innumerables veces a los dirigentes independentistas como irresponsables, temerarios, torpes y nocivos para la nación catalana. Pero hoy pido rotundamente, sin reservas, la libertad inmediata de estos dirigentes encarcelados y condenados. No me adentraré en la mayor o menor calidad democrática del estado en España: estos ciudadanos han de estar en la calle inmediatamente. No me importa la calidad de juez de quien haya apreciado violencia en algún aspecto de los casos juzgados; sea juez o bedel no tiene la menor idea de lo que es violencia, de manera relativa a una manifestación. Puedo incluso considerar que las sentencias se ajustan a derecho; me da igual. Un país moderno que quiere mirar al futuro no puede andar así. Si por mi fuera,  a los condenados los correría a gorrazos calle abajo por burros y presuntuosos (nunca creyeron que se llegaría hasta hasta aquí) pero ahora los quiero libres ya, no importa bajo qué recurso, medida o subterfugio legal o paralegal. Quien considere eso desorden, más desorden es no sólo judicializar la política sino dejar que la judicatura se apodere de decisiones cuyo alcance político ha de estar en manos políticas y no judiciales. ¿Ahora hemos de sufrir, Catalunya y España, una medida de profunda influencia política tomada por gente que no se presenta a les elecciones? Amos, anda.

Esta sentencia, ni siquiera considerándola justa, es una monstruosidad. Exijo la libertad de los condenados. Pero no con las acciones infantiloides, testimoniales y sin efecto que propugnan Torra y otros temerarios ineptos como  él, porque este comportamiento beneficia a las estrategias de estos inútiles, incapaces de gobernar un país moderno como lo han demostrado, sino con un testimonio cívico colectivo y masivo como el que Catalunya supo hacer un día, antes de imitar trapacerías batasunescas. Si no lo hacemos así, desaparecerá el catalanismo en tanto que terreno común de encuentro, construcción y debate democrático y la nación tendrá que vivir con la losa encima de unos dirigentes encarcelados por burros pero no por malos. Que salgan de la cárcel ya.

Por un liderazgo feminista de todos los movimientos sociales y de liberación

El feminismo tiene una ardua tarea por delante. Debe luchar por conseguir la igualdad entre géneros y terminar con todas las discriminaciones fruto de la desigualdad existente; debe trabajar por la transformación de la mentalidad machista secular que ha causado injusticias sin cuento; debe proteger a las víctimas de la violencia de género tanto de los agresores factuales como de las legislaciones que son favorables a estos, incluso con la anuencia de policías y jueces; debe reclamar la presencia femenina en todos los niveles de acción y de decisión; debe liberar la participación completa de las mujeres y su potencial en todos los ámbitos de la vida humana. Pero además de todo ello debe hacer algo no menos importante: el movimiento feminista tiene que ponerse al frente de todos los movimientos sociales, de transformación y de liberación y liderar con decisión e impacto toda acción tendente al cambio radical de la humanidad y su vida en el planeta. Tanto bajo una perspectiva reformista o revolucionaria, las mujeres deben marchar en cabeza, liderar y dirigir con inteligencia y fuerza las fuerzas de transformación o si no no existirá transformación alguna y de hecho no existirán ni siquiera reformas.

El liderazgo feminista de la transformación social y planetaria es necesario, imprescindible y urgente. Esa necesidad no la vislumbra solamente el sentido de la estrategia en los movimientos transformadores sino que la indica con toda claridad la virulencia con que la derecha está respondiendo al feminismo. Esa virulencia demuestra que éste ha ganado crédito como amenaza a las estructuras patriarcales que conforman nuestras sociedades y que esa amenaza ya no es vista como retórica o incluso táctica por los reaccionarios, con lo que podría ser combatida con “relatos” o neutralizada con movimientos políticos precisos, sino que el sobresalto general de las fuerzas ultrarregresivas, entre histérico y violento y no desprovisto de un tinte ridículamente anticuado, demuestra a las claras que se sienten confrontados por un enemigo al que deben temer.

Los hombres partidarios del cambio radical en la vida humana no solamente deben aceptar el liderazgo feminista sino que han de permitir que los modos, valores y actitudes feministas vayan tiñendo progresivamente los movimientos sociales de mayoría masculina. Deben además poner el liderazgo de los mismos en manos femeninas para conseguir que los movimientos de cambio se desprendan de una vez de algunos elementos que los mantienen sujetos en la inmovilidad, entre ellos la persistencia en abordar problemas del siglo XXI con ideologías del siglo XIX y modos de actuación del siglo XX. El futuro que el movimiento feminista indica no apunta al tiempo por venir sino a nuestro mismo presente: sólo el feminismo puede cortar el nudo gordiano que nos mantiene a todos en el inmovilismo actual.

No hay otro futuro para un mundo diferente y deseable que el que resulte de una transformación radical liderada por el feminismo. No hay nada de deseable en los modos anticuados y a veces regresivos del modo como se conducen los movimientos sociales todavía protagonizados por los hombres. El cambio profundo que debe producirse en la humanidad no se ha dado todavía entre los sectores masculinos pero está presente en la avanzada feminista. Hay que tener la humildad e inteligencia necesarias para que los hombres partidarios del cambio hagan esa cesión de liderazgo y se avengan a aprender de una nueva manera de hacer las cosas. Si no lo hacemos continuaremos empantanados en la situación actual, respecto a la cual reto a quien se a que identifique una brizna de muestras de avance.

Que las mujeres feministas lideren las fuerzas  de cambio puesto que ya lideran el único movimiento social transformador que está presente. Que los hombres no obstaculicen ese liderazgo y si es posible, que ayuden. Por un mundo diferente, por una sola humanidad, por una transformación realmente humanista y universalista, por el feminismo, la democracia y el socialismo.

POST SCRIPTUM. Tres días después de publicado este post veo que Josep Ramoneda escribe en El País un artículo con argumentos parecidos y una afirmación tan contundente como la mía: «La revolució feminista es configura com l’única alternativa per subvertir les formes de poder dominant. Potser l’última utopia».

Imágenes: Clara Zetkin, Rosa Luxembourg, Marianne Williamson.

Mis mejores deseos para el Año Viejo

Como me gusta llevar la contraria, en lugar de escribir mis mejores deseos para el Año Nuevo los apunto aquí pensando en el Año Viejo. No es una broma sino que va en serio: pretendo llamar la atención respecto a un problema central en nuestra cultura crítica actual, que es el pesimismo crónico que conduce a lo que yo llamo pesadumbrismo. El pesadumbrismo ha teñido toda la cultura occidental y ha acabado por convertir el pensamiento crítico en pensamiento cínico a fuerza de poner el acento en lo que va mal –cosa muy necesaria– pero olvidando señalar lo que va bien, más necesario todavía porque es lo que nos indica que avanzamos.

El prestigio de la seriedad es incomprensible. Los cenizos han poblado la Tierra desde que el mundo es mundo y solamente cuando la modernidad alumbra un planeta en el que es posible vivir un tanto despreocupadamente aparecen los hermanos Marx, triunfa Woody Allen, los Beatles entran en el cine con Richard Lester y las alegres canciones y carreras de A hard day’s night. El saber popular ha tenido siempre la alegría por bandera y ahí está, en plena eclosión de la cultura pop, la película Yellow Submarine, donde los malos son claramente caracterizados como tenebrosos pesimistas de los que sólo nos puede salvar la colorida psicodelia y las canciones que nos dicen que todo lo que necesitamos es amor. Pero a inicios de los 80 asesinan a John Lennon y en la segunda década del siglo XXI crucifican a Woody Allen, y las cosas van volviendo a la normalidad: el malcarado Trump asalta la Casa Blanca y los parafascistas europeos se cuelan en las instituciones de gobierno.

Uno relee a los grandes filósofos del siglo XX y se siente tentado de tirarse por el balcón. Y en cambio comprueba que la tradición de la cultura popular de todos los tiempos permanece como un hilo rojo que emerge nuevamente en el cine, el arte popular por excelencia, y se expresa en forma de risas, persecuciones, guerras de tartas de nata, equívocos y pillerías, en el primer cine mudo. Servidor sostiene que antes de los Beatles y Elvis, la primera figura artística claramente pop es la de Charlie Chaplin, primer artista popular de masas famoso mediante las nuevas industrias culturales. Charlot es un vagabundo sin familia ni hogar, un buen tipo bienintencionado que siempre acaba pagando el pato pero a quien la desgracia no logra hacer mella en su buena voluntad. Mediante un gag cinematográfico, Charlie se encuentra encabezando una manifestación con una bandera roja sin pretenderlo, en un famoso filme se convierte en obrero industrial automatizado a la fuerza, recurre a comerse un zapato cual Carpanta avant la lettre, y en la vida real, Chaplin era un socialista y antifascista con la entrada prohibida en Estados Unidos por el maccarthismo. La vida y obra de Charlie Chaplin nos recuerda que las revoluciones se han hecho siempre con canciones, y que cuando la gente ha dejado de cantar para que los aparatos electrónicos lo hagan por ello, las revoluciones también han callado.

El pesimismo, por sí mismo, nunca ha cambiado nada, lo ha hecho la perspectiva de una vida mejor. Veamos diez cosas que han sido buenas en el año que dejamos atrás.

  1. Deshielo entre las dos Coreas y cese de las amenazas nucleares del régimen del norte. Hace sólo cuatro días parecía que volvíamos a la crisis nuclear de los peores tiempos del siglo XX gracias al aventurerismo de Kim Jong Il pero sus ensayos balísticos han terminado, aunque sea por la atrabiliaria diplomacia de Trump. Lo importante no es él sino darnos cuenta de que la guerra depende de la voluntad de los hombres y no de hados inevitables.
  2. Avances científicos en el estudio de las células. Los investigadores científicos consiguen estudiar el desarrollo de las células a través del tiempo, lo que, unido a otras tareas multidisciplinares, permitirá combatir mejor enfermedades genéticas y de otra índole.
  3. El feminismo se erige en movimiento social de vanguardia. La manifestación masiva del 8 de marzo visibilizó una verdadera alianza femenina intergeneracional que responde a un movimiento social de mayor alcance del supuesto. Muchos pensamos que este movimiento va más allá del feminismo convencional y se erige en una verdadera fuerza de cambio generalizada. Algunos nos sentimos tentados de pensar que es la única fuerza social transformadora realmente existente.
  4. Triunfo de la moción de censura que acaba con un gobierno corrupto. Por primera vez en la historia de la democracia española triunfa una moción de censura. Ello supone un vuelco que desaloja del gobierno un gobierno corrupto cuyo partido está carcomido por la financiación ilegal. Vuelve el pluralismo a la acción política pública y se desbloquean situaciones enquistadas e indeseables.
  5. Relaciones entre el Vaticano y la República Popular de China. Con una jugada maestra de la diplomacia vaticana, la iglesia católica ha iniciado la normalización de sus relaciones con China, lo que permitirá tanto salir de la clandestinidad a los católicos fieles a Roma en aquel país como reconocer la validez canónica de obispos y clérigos de la iglesia nacional china. En el momento en que Trump muestra su cara antipática a los dirigentes chinos y opta por el aislacionismo, Francisco tiende puentes desde Roma incluso hacia un mundo históricamente difícil respecto al catolicismo. El sueño de San Francisco Xavier y de Matteo Ricci comienza a hacerse realidad.
  6. Menos conflictos armados que nunca. 2018 ha sido, a pesar de toda su problemática, que no ha sido poca, ha sido el año con menos conflictos armados de entre estas épocas. De hecho, hoy día hay muchas menos guerras y guerritas que en los años 80 y 90, a excepción del foco histórico de cercano oriente y Mesopotamia. A pesar de todos los pesares, incluso la guerrilla más antigua del continente americano, las FARC colombianas, han depuesto las armas y se han presentado a las elecciones democráticas.
  7. Reacciones populares contra el Brexit. El estúpido referéndum sobre la salida del Reino Unido de la Unión Europea, instigado por dirigentes irresponsables e igualmente estúpidos, abrió paso a una corriente latente de antieuropeísmo pero también a la reafirmación de la actitud contraria. Cada vez son más los británicos que desean permanecer en la UE y se hacen oir cada vez más fuerte, con una actitud que debería ser ejemplar para muchos continentales: libertad, democracia, paz y estado del bienestar quiere decir hoy, a pesar de todos los pesares, Unión Europea.
  8. Más lectura que nunca. Digan lo que digan las jeremiadas de quienes escriben mucho y piensan poco, nunca se había leído tanto como ahora. El analfabetismo ha desaparecido casi de todos los países desarrollados y la lectura es habitual a todos los niveles sociales en lugar de privilegio de unos pocos. Paradójicamente, las «pantallas» han contribuido a la potenciación del acto de leer, al romper la pasividad del telespectador aislado frente al receptor y proporcionando multiinformación e interacción. Y, se diga lo que se diga, los buenos libros se venden mucho, y los malos también, lo que, en estos términos, también es una buena noticia.
  9. La exploración del espacio continúa con éxito. El 1 de enero de 1969 una nave-sonda de la NASA sobrevolará el asteroide Ultima Thule, el cuerpo celeste más lejano alcanzado nunca por la tecnología humana, distante a 6.430 millones de kilómetros del Sol. Considero la conciencia de la exploración espacial, su necesidad y las perspectivas que abre como un claro indicador del progreso, no sólo científico sino humanístico: ahí esta la serie Star Trek como verdadera lección de democracia humanista para el futuro. Aunque los astronautas ya no son héroes infantiles ni la conquista del espacio un tema de conversación popular, el conocimiento de los seres humanos continúa apuntando hacia el infinito, como signo altamente esperanzador.
  10. La solidaridad y la buena voluntad se mantienen y aumentan. A pesar de los retrocesos en forma de ciertos procesos políticos en algunas naciones, el espíritu general de las personas que viven en condiciones materiales y espirituales mínimamente adecuada es de buena voluntad y solidaridad. Nunca como ahora la guerra y la violencia como forma de resolver los conflictos han estado tan desprestigiada, ningún país llama a la guerra contra otro. Las campañas de solidaridad triunfan, y van más allá de los humanos, alcanzando a los animales y al medio ambiente. Nunca faltan donantes para trasplantes y no hay injusticia que no salga a la luz. La gente es buena y se comporta como tal, y la buena voluntad mundial es un logro que hay que mantener a la vista y sostenerse en él para avanzar hacia la plena humanización.

Imagen: fotografía de la estrella más lejana tomada por el telescopio espacial Hubble.

 

Comienzo a colaborar en el diario Catalunya Plural y la Fundació Periodisme Plural

Hoy comienzo una nueva colaboración en el diario Catalunya Plural como analista de la información y los medios. La Fundació Catalunya Plural, editora del diario y otras publicaciones, ha tenido la amabilidad de solicitar mi aportación al periódico y la fundación para seguir el estado del derecho de los ciudadanos a la información a partir de la actualidad de los medios y sus líneas informativas. Agradezco muchísimo a Josep Carles Rius, presidente de la Fundació Catalunya Plural, que haya querido contar conmigo para ese meritorio proyecto, que recupera la tradición crítica del periodismo catalán de las últimas décadas y mantiene en el panorama informativo el espíritu y la práctica de una alianza de una generación de periodistas veteranos con otra de periodistas jóvenes.

A lo largo de las semanas sucesivas trataré de llevar a Catalunya Plural una mirada atenta y crítica sobre la información y los medios en Cataluña y España para que los lectores tengan elementos de juicio para valorar si los periodistas están administrando correctamente el derecho democrático a la información cuyos titulares son los ciudadanos.

Esta labor confluye con la tarea que vengo realizando como investigador en comunicación en el seno del Gabinete de Comunicación y Educación de la Universidad Autónoma de Barcelona y la Cátedra UNESCO de Alfabetización Mediática para el Periodismo de Calidad, de cuyo comité directivo formo parte.

Leer el primer artículo:

La falsa polémica de los masters y las tesis: cuando los periodistas renuncian a posicionar la agenda informativa

Y la versión en catalán:

La falsa polémica dels masters i les tesis: quan els periodistes renuncien a posicionar l’agenda informativa

Catalunya Plural, diari de drets i pensament crític

Fundació Periodisme Plural,  declarada de interés social po la Generalitat de Catalunya y la primera entidad sin ánimo de lucro creada en Catalunya en el ámbito del periodismo. La Fundació tiene su prupia mirada sobre la realidad que se resume en la defensa de los derechos humanos, incluido el “derecho a una información veraz y plural.

 

 

MILID Global Understanding, un movimiento mundial de la comunicación para el entendimiento y la paz

Está en marcha un ambicioso proyecto internacional orientado a la paz y el diálogo y protagonizado por la comunicación. Se trata del MILID Global Understanding – Peace for All Movement (Entendimiento Global mediante la alfabetización mediática y el diálogo intercultural – Paz para Todos) que ha sido impulsado por la Cátedra UNESCO de Alfabetización Mediática e Informacional para la Calidad del Periodismo, con los profesores José Manuel Pérez Tornero y Sami Tayie, de la Universidad de El Cairo, al frente. Se trata de establecer una red mundial que anime a los medios de comunicación y sus profesionales a trabajar por el entendimiento mutuo y la paz utilizando el poder de la comunicación y de la información veraz.

La iniciativa fue lanzada el pasado julio durante la Doctoral Summer School de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la UAB y fue el doctor Ismail Abdel Ghafar, presidente de la Arab Academy for Science, Technology and Maritime Transport,  el encargado de oficializar el lanzamiento de la iniciativa. En su discurso ha enfatizado el propósito del proyecto de crear puntos de encuentro entre culturas y su obligación de fomentar el uso de la alfabetización mediática para “convertirnos en ciudadanos globales”. El doctor Samy Tayie indicó que la importancia de la Global Understanding es convertirse en un foro en el que “la paz debe servir para tender puentes con la justicia”.

Global Understanding tiene previsto convocar un gran y amplio encuentro de conversación, debate y estudio para marzo de 2019 en la ciudad egipcia de Alejandría.

Un servidor ha tenido el honor de participar en la preparación de Global Understanding mediante la clarificación de su cualidad y objetivos. Aquí está la nota conceptual que he redactado al respecto.

MILID Global Understanding

Periodismo de calidad y alfabetización mediática para superar las barreras y prejuicios que producen exclusión, discriminación y separación

MILID Global Understanding es un programa de trabajo  y espacio de actividad en el que convergen la investigación, la innovación y el debate público, junto con otras iniciativas educativas y sociales, que se basa en el potencial que tienen la alfabetización mediática, el periodismo de calidad y el diálogo intercultural para tratar de superar las barreras invisibles que producen separaciones y discriminaciones entre personas y grupos.

MILID Global Understanding es una iniciativa lanzada por la recién creada Cátedra  UNESCO MIL for Quality Journalism (Alfabetización mediática e informacional por un periodismo de calidad). Su alcance, según el convenio firmado con la UNESCO, se extiende preferentemente a Europa, los países árabes y América latina pero no excluye ninguna zona del mundo.

El propósito es tejer alianzas estratégicas y lanzar acciones globales entre universidades, centros de investigación, medios de comunicación, empresas informacionales, entidades educativas, culturales y sociales y grupos activos de ciudadanos con objeto de hallar y poner en marcha iniciativas destinadas a:

  • Superar las barreras invisibles que se alzan entre las personas, los grupos y las civilizaciones y producen discriminación –de género, de riqueza, de poder, de culturas— a causa de la diseminación de prejuicios, informaciones engañosas, ideas belicistas y supremacistas, mediante el periodismo de calidad, el uso responsable de los medios de comunicación y la participación de la ciudadanía en la orientación de la comunicación global hacia el entendimiento y contra la separatividad.
  • Llamar a los profesionales de la información y la comunicación a comprometerse con un periodismo de calidad que denuncie y combata las pseudonoticias engañosas (fake news), la desinformación, la infoxicación, los estereotipos y los lugares comunes que fomentan el espíritu de superioridad de unos grupos sobre otros.
  • Ofrecer a los ciudadanos y a los espacios sociales y convivenciales el poder de la alfabetización mediática como medio eficiente para destruir esas barreras, superar diferencias y desencuentros y construir nuevas mentalidades de progreso basadas en la solidaridad, la cooperación y la libertad.
  • Promover el periodismo de calidad y la alfabetización mediática e innovar en las nuevas oportunidades y escenarios posibles para su desarrollo en la sociedad compleja actual, respecto a la práctica profesional, la formación y el desarrollo de habilidades informacionales por parte de los ciudadanos.
  • Impulsar la participación de la ciudadanía en la tarea de superar las barreras de los recelos, la discriminación y los prejuicios mediante la asunción de una participación activa en la distribución y recepción de la información y de la ideas y hechos que esta vehicula.
  • Reclamar a las empresas informativas e informacionales sus responsabilidades respecto a la calidad de la información que producen o vehiculan y a su compromiso en la eliminación del lenguaje del odio y los prejuicios que causan división y discriminación. Sensibilizar y movilizar a los ciudadanos para que les exijan esa responsabilidad.
  • Actuar preferentemente en zonas de conflicto, sean estas geopolíticas, culturales o ideológicas, para tratar de deshacer desencuentros y propiciar aproximaciones mediante un uso correcto del periodismo de calidad y el diálogo.
  • Poner de relieve ante las sociedades, las instituciones, los gobiernos y los dirigentes mundiales la necesidad de combatir los estereotipos, luchar contra la exclusión, superar las divisiones y la posibilidad de hacerlo efectivamente mediante el uso correcto y responsable del periodismo de calidad por parte de los profesionales y la alfabetización mediática activa y participativa de los ciudadanos, lo que significa abrir caminos prácticos para la paz, la libertad, la igualdad y el entendimiento global.

Misión

Promover el uso del periodismo de calidad y combatir las pseudoinformaciones engañosas, la diseminación de los estereotipos e ideas discriminatorias, de supremacía y de exclusión que producen desigualdad y comprometen la paz entre las personas, los grupos, los pueblos y las culturas. Fomentar la alfabetización mediática e informacional para que la ciudadanía pueda tomar en sus manos el uso correcto y responsable de la información puesta al servicio del entendimiento global.

Visión

El periodismo de calidad y la información responsable tienen un papel irrenunciable en la consolidación y profundización de la libertad, la paz y la prosperidad de las naciones. La alfabetización mediática e informacional son un medio privilegiado para que la ciudadanía contribuya a esas tareas de una manera activa, en la sociedad de la comunicación. Unas y otras actividades deben ser puestas al servicio de un entendimiento global mediante el cual la humanidad pueda superar sus divisiones y dificultades basadas en los prejuicios y el trato discriminatorio e injusto.

Valores

La humanidad dispone de todos los medios necesarios para liberarse de la injusticia, la discriminación, la exclusión y los prejuicios entre personas, grupos, naciones, pueblos y culturas. El periodismo de calidad y la alfabetización mediática e informacional han de comunicar los valores de entendimiento, encuentro y cooperación que permiten acabar con esas lacras. El entendimiento global es, gracias a ello, no una utopía ideal irrealizable o futura sino una posibilidad factual hacia la que hay que encaminarse activamente.

El programa MILID Global Understanding (entendimiento global mediante la alfabetización mediática, el periodismo y el diálogo intercultural) es una iniciativa de la Cátedra UNESCO de MIL for Quality Journalism (Alfabetización mediática e informacional por un periodismo de calidad).

La Cátedra incorpora la tarea investigadora, innovadora, docente y educativa que el Gabinete de Comunicación y Educación de la Universidad Autónoma de Barcelona viene realizando durante décadas.

MILID Global Understanding, bajo las directrices de la Cátedra de la UNESCO de Mil for Quality Journalism, desarrollará diversas y múltiples actividades en los próximos meses y años en su ámbito y a nivel global.

El catedrático presidente de la Cátedra es el Dr. José Manuel Pérez Tornero, doctor en Ciencias de la comunicación. Forma parte del grupo de Expertos de la UNESCO y de la Comisión Europea en Alfabetización mediática. Es asesor nombrado por la UNESCO en la Global Alliance Media and Information Literacy Partnerships y miembro del consejo directivo de la red de Universidades de United Nations Alliance of Civilisations – UNESCO.

Imagen: presentación de MILID Global Understanding en la Doctoral Summer School de comunicación de la UAB, julio de 2018.

Arribarà un dia

Escrit el 17 d’agost de 2018, aniversari dels atemptats jihadistes a Barcelona i Cambrils.

Arribarà un dia que ens adonarem que el patiment humà és sagrat i no hi ha res èticament superior a la compassió.

Arribarà un dia que comprendrem que compassió no és adherir-se als nostres perquè no hi ha nosaltres ni vosaltres, i creure que els hi ha és una idea inhumana.

Arribarà un dia que veurem que interposar els interessos polítics o de part entre la compassió i la gent és profundament inmoral, sigui quina sigui la política i per més legítim i noble que sigui l’interès de part.

Arribarà un dia que veurem que hi ha molts i més variats fanatismes que els que ens pensem, i veurem amb sorpresa que al nostre entorn ha crescut una nova mena de fanatisme que fins ara no haviem identificat.

Arribarà un dia que, per aquest motiu, comprendrem perquè tantes societats modernes i aparentment madures s’han deixat endur pel nacionalisme que mena a l’enfrontament i la guerra. Perquè els fanàtics sempre són els altres i nosaltres no en tenim, i aquesta idea nefasta és el camí directe a la perdició.

Arribarà un dia que, com han fet altres països i societats, començarem a comprendre el fons i interés del jihadisme islamista i deixarem de pensar de manera infantil sobre ell, en forma de venda d’armes o comerç de petroli, i ens dignarem escoltar els científics socials que fa 30 anys que l’estan estudiant.

Arribarà un dia que deixarem de creure que “sóc el millor, sóc de la nova cançó, sóc el millor”, com cantava asprament Pi de la Serra seguint la poesía de Salvador Espriu i comprendrem que no hi ha prou amb tenir raó per a que et la donin o et diguin maco.

Arribarà un dia que respectarem la bandera i la nació d’altri, deixarem de menysprear el cosmopolitisme i universalisme que sempre han denostat els botxins de la democracia i comprendrem la rel de les guerres dels Balcans o la matança entre hutus i tutsis, entenent que nosaltres no som diferents d’ells.

Arribarà un dia que rebutjarem amb la veu forta qualsevol intent de mediatitzar y utilizar els actes de solidaritat, i veurem amb claredat com el que crèiem una expressió legítima dels nostres drets no és res més que una rebequeria repugnant.

Però probablement quan arribi aquest dia la nostra nació haurà caigut per la pendent de la decadencia, empesa per la negror de la ignorancia, l’encaparrament i la mala voluntat.

Els anys del Grup de Folk (3)

Sense Àngel Fàbregues i Hogar del Libro no hi hauria hagut, segurament, Grup de Folk. De fet, primer va ser el cançoner Folk Song i després el grup. El naixement del grup, en tot cas, va ser un d’aquells episodis en que la realitat ens regala un espectacle que barreja la serendípia i el propòsit, que va marcar un abans i un després històric en la cançó catalana. El Grup de Folk va marcar un punt d’inflexió sense el qual no es poden comprendre fets successius com la música progressiva, la música laietana, Gato Pérez, la música de rel promoguda per Tradicionàrius, els espectacles d’animació i participatius des de les renovades companyies de titellaires o Comediants, els festivals de Canet, el repertori, les maneres de fer i les accions educatives al voltant de la cançó a les escoles catalanes progressistes i el rock català. La influència del Grup de Folk va canviar la cultura de l’escoltisme de cap a peus i la va estendre a gairebé tota la societat: allò que diuen kumbaià, que de vegades és pronunciat amb menysteniment i que per a alguns com jo és un apel.latiu d’honor.

EN XESCO BOIX TORNA D’AMÈRICA I PORTA UN CANÇONER D’ALAN LOMAX. Abans que existís el Grup de Folk la secció de l’Hogar del Libro dirigida per Àngel Fàbregues va començar a fer alguna cosa més que cançoners. Per exemple, va promoure la primera missa amb guitarres que es va fer a Catalunya, que va tenir lloc a la Institució Cultural del CICF de la Via Laietana, oficiada per Mn. Josep Bigordà, amb el cant dirigit per Jaume Arnella (veu i guitarra) acompanyats per Àngel Fàbregues (banjo) i Gabriel Jaraba (bateria). I sobretot es va crear una col.lecció de discs, en principi complementaris dels cançoners, els dos primers dels cançoners Iukaidí. En Joan Soler Amigó va dissenyar les cobertes i va crear el logo de la marca: Discs Als 4 Vents. Els intèrprets eren els nois i noies escoltes als qui aquest periodista servia com a cap, curiosament no d’un agrupament confessional sinó d’un de laic, ja que va ser l’escoltisme laic el pioner en la coeducació escolta a Catalunya, i en aquest cas, l’agrupament Juliette Lowe, de l’associació Girls i Boy Scouts de Catalunya (Juliette Lowe, nom de la fundadora de les Girl Scouts dels Estats Units). En Jaume Arnella va cantar i dirigir el cant, l’Àngel Fàbregues va fer de productor del disc i jo vaig ser regidor de l’enregistrament.

Els discs es van començar a vendre raonablement bé i la ment elèctrica de l’Àngel rumiava alguna cosa que anés més enllà. El nostre despatx de l’Hogar al carrer Bergara començava a convertir-se en un punt de reunió informal de gent molt diversa que ensumava una certa energia. Un dia hi vaig anar amb en Jordi Batiste, que m’havia fet entrar a Els Tres Tambors i, a més de músic, era un gran dibuixant i dissenyador. Un altre, l’Àngel va portar en Francesc Boix (encara no Xesc ni Xesco), que com ell començava a animar amb cançons les trobades escoltes. En Xesco va viure un temps a Estats Units i va tornar transformat; allà havia conegut el moviment folk, en el seu apogeu, s’havia aprés el repertori de Pete Seeger i havia quedat marcat per la necessitat de fer cantar la gent, pel poder del cant com a regenerador de la psique personal i col.lectiva, per l’exemple del moviment com a possibilitat d’una nova manera de viure d’acord amb uns ideals que tots acaronàvem però que mai no haviem vist encarnats. En Xesco Boix era ja «un home amb una missió». I s’havia dut d’Amèrica un gruixut cançoner amb el repertori de Seeger compilat per Alan Lomax, l’etnòleg al qual la biblioteca del Congrés havia encarregat rastrejar, enregistrar i salvar el patrimoni de la cançó popular del seu país. Aquell cançoner no era un quadernet com els que nosaltres publicàvem, era format A4, amb il.lustracions i la notació de la música de les cançons. I l’Àngel va clavar l’ull al cançoner i ho va veure clar: el nostre pròxim cançoner ha de ser un cançoner folk, amb les cançons de Pete Seeger, Woody Guthrie, Peter Paul and Mary i Bob Dylan. Posem, doncs fil a l’agulla.

Primer, coberta i títol. La va dissenyar en Jordi Batiste i el títol va ser, succintament, «Folk Song». Segon, aplegar el repertori. Calia trobar experts que coneguéssin cançons folk i que les haguéssin traduït al català; vam repassar les respectives llistes d’amics i van sortir en Joan Maria Boix, germà d’en Francesc, que havia estat amb ell a Amèrica i viatjat a Suècia, on va trobar l’amor a un poblet anomenat Falsterbo, en honor del qual va anomenar així al grup que formaria immediatament. En Joan acabava d’escriure la versió catalana de Puff, el drac màgic, per cert, i a més venia acompanyat per Eduard Estivill, que no només tenia una bona veu i formació musical, amb el que ajudaria a impulsar Falsterbo, sinó que havia captat amb molta precisió el rerefons sociològic i el context cultural dels moviments juvenils i progressistes nordamericans. No sé com vam entrar en contacte amb en Ramon Casajoana, que no formava part dels ambients escoltes, hippies o progres però que havia fet unes traduccions i adaptacions acuradíssimes de les primeres cançons de Bob Dylan i algunes altres, com The cruel war, popularitzada per Peter, Paul and Mary i que cantava amb la seva germana Consol Casajoana. Buscàvem, com no, gent que sapigués tocar el banjo de cinc cordes i el violí, i així vam trobar en Xavier Oliveres i en Xavier Gil. En Jaume Arnella aportaria cançons tradicionals catalanes i les seves composicions que s’inspiraven en elles i en Josep Maria Camarasa, que escrivia lletres originals per a Els Tres Tambors, hi aportaria la mirada rigurosa i precisa del científic que era. I la serendipia va fer també de les seves: sabiem què deien les cançons de Pete Seeger i com eren les músiques escrites a les partitures, però no coneixiem, tret d’els Boix i en Estivill, la seva veu, i vet aquí que un dia em trobava a casa meva, al Poble Sec, ajudant a pelar pèsols a la meva mare, i es presenta Joan Manuel Serrat, amic del barri i company dels recitals de cançó, especialment quan Els Tres Tambors fèiem la primera part dels seus concerts (de teloners, com es sol dir). Duia un munt de discos que havia comprat a París, de l’editora Le Chant du Monde, que em va mostrar molt il.lusionat: discos de… Pete Seeger. Amb Sonny Terry, Cisco Houston, Big Bill Broonzy, discos de Paco Ibáñez, que no teniem idea de qui era i d’un magnífic cantautor portugués anomenat Luis Cilia. Em vaig quedar glaçat: en Francesc Boix tenia raó, allò era molt gros. Escoltant-los amb la maleta tocadiscos que jo tenia al menjador de casa vam comprendre que els modos i maneres dels Jutges i el seguiment acrític de la cançó francesa quedaven enrere i els nanos del folk song –recordem que el grup encara no existia– teniem molta feina a fer. En Juanito em va deixar els discos de Pete Seeger i els vaig fer escoltar al despatx de l’Hogar: una revelació. L’Àngel bullia per dins d’activitat a punt d’esclatar.

Es va publicar el cançoner folk song i va ser un èxit de vendes immediatament. En Xesco i un servidor anàvem cantant les cançons pels ambients escoltes, l’Arnella feia el mateix en els seus entorns, els Falsterbo començaven a presentar-se a festivals i Els Tres Tambors seguiem amb el nostre repertori però havent incorporat una actitud diferent, el que confirmava la intuició que en Serrat i jo vam tenir mentre pelàvem pèsols, ja que ell, bon jan, es va afegir a ajudar a la meva mare a preparar el dinar.

Comença a seguir aquesta sèrie per aquí: Els anys del Grup de Folk (1)

I continua per aquí: Els anys del Grup de Folk (2)

Il.lustració: portada del cançoner «Folk Song». Autor, Jordi Batiste i Triadó.

 

Els anys del Grup de Folk (2)

L’aparició del Grup de Folk, entre 1966 i 1967, va ser l’element que va donar un tomb radical al moviment de la cançó popular catalana. Tant que va ser el nucli del qual van sortir les diverses branques segons les quals la música i la cançó van acabar evolucionant: la música folk d’arrel, que es desenvolupa segons les línies del Tradicionàrius, Jordi Roure o de Jaume Arnella; la cançó avantguardista de rel psicodèlica i contracultural, com ara Sisa i Pau Riba; la cançó infantil participativa, de Xesco Boix a Noè Rivas, Àngel Daban o Els Cinc Dits d’una Mà; la música laietana i progressiva, a partir dels músics que es van aplegar al voltant de Jordi Batiste, Albert Batiste i Sisa; i el rock català, l’arrel del qual foren Els Tres Tambors i Pau Riba. Per, com diu la sentència antiga, el grup eren «nans que caminàven a esquenes de gegants»: va ser la feina de base de la cançó d’animació, callada i al marge dels cercles culturals i artístics establerts, i els seus impulsors, l’escoltisme, els moviments juvenils d’església i l’Hogar del Libro els qui van cuinar el cultiu de base, van fer possible la popularització del grup, el van dotar d’estructures i el van aproximar al seu públic natural.

TOT VA COMENÇAR AMB AQUELLS PETITS CANÇONERS DE BUTXACA. En el capítol anterior hem parlat de «Cançons a flor de llavi», el cançoner de la JOC, que va ser publicat el 1955 per aquest moviment d’església i reeditat el 1964 per editorial Nova Terra. En aquella època no només no hi havia mp3, ni tan sols cassettes musicals; per la ràdio només es sentia música comercial i sovint queca i només qui s’apropava als nous moviments aplegats al voltant dels centres excursionistes, parròquies, corals, orfeons i grups culturals molt reduïts tenia accés a redescobrir les cançons tradicionals catalanes i les incorporacions al repertori de tonades semblants d’altres països. Oriol Martorell, músic i fill del gran pedagog Artur Martorell, va fundar el 1947 la Coral Sant Jordi. L’Oriol va esdevenir ben aviat un personatge molt popular entre aquesta jovenalla: a més de conduïr una coral que sabia com desmarcar-se de qualsevol pudor a resclosit que podia quedar en determinats entorns orfeonístics, era un gran animador de cant. La seva figura esprimatxada i bellugadissa, les seves expresions facials i les seves grandíssimes dots de comunicador el feien imprescindible a les concentracions d’escoltes o excursionistes, en les quals sabia encendre la llum màgica de la unió fraternal entre grups que volien enterrar els anys foscos i trobaven en aquests moviments la possibilitat d’una vida més enllà dels limitadíssims horitzons realment existents (alguns el recordareu dirigint «Els Segadors» a la primera Diada Nacional de Catalunya el 1976 a Sant Boi del Llobregat, i potser també com a diputat al Parlament pel Partit dels Socialistes de Catalunya). Hi havia grans entitats com l’Orfeó Català o petites agrupacions com els Cantaires de la Unió Excursionista de Catalunya, dirigits per Elisard Sala, però la Coral Sant Jordi era capaç tant d’escometre qualsevol repte del repertori clàssic com fer lluïr un campament general de Catalunya o una gran jornada escolta.

Quan un jovenot d’aleshores havia descobert de la mà d’Oriol Martorell –doctor en Història i llicenciat en Pedagogia– que la seva veu es podia afegir al cant col.lectiu, la màgia continuava funcionant: se sentia «empoderat», com es diu ara i volia més i més d’aquell gust de llibertat, de realització personal i d’harmonització grupal. Calia aleshores espavilar-se i buscar gent que li agradés cantar i trobar els moments adeqüats per fer-ho.  Cal dir que no es tractava de grups estables i ni tan sols organitzats, sinó fruit de trobades efímeres a la tornada d’una excursió, a un foc de camp o en alguna acampada de breu durada, entre persones que probablement no es tornarien a trobar o com a mínim no en la mateixa formació. ¿Quin element, doncs, feia que aquell moviment espontani de cançons que es podien cantar anés fent-se permanent i general? Doncs la construcció progressiva d’un repertori conegut per tothom i compartit. Sense discos, i amb una enorme falta de cultura musical de base, que feia que poquíssima gent fos capaç de llegir una partitura, el vehicle van ser els cançoners en format de butxaca, pensats per a excursionistes, grups espontanis i escoltes, que es van anar creant.

L’èxit de l’esmentat cançoner i tot aquest context va suscitar una demanda ben aviat corresposta. Primer, l’editorial Nova Terra, d’inspiració catòlica progressista i amb una línia editorial orientada a donar suport al moviment obrer, liderada per mossèn Joan Carrera –que va arribar a bisbe en la democràcia– i Josep Verdura, líder obrer de base vinculat a CC OO i el moviment de barris. Després, una original empresa familiar fundada el 1945, Hogar del Libro. Una empresa independent però els propietaris de la qual la van posar al servei dels nous moviments d’església i especialment la joventut i tot el que fos innovador. L’Hogar (encara no es deia La Llar del Llibre, les empreses i comerços no podien tenir noms en català) estava formada per dues llibreries, una al carrer Bergara, al centre mateix de Barcelona, i una sucursal al centre de Sabadell; una distribuïdora –que es va fer càrrec del fons editorial de Nova Terra– i una editorial. L’editorial Hogar del Libro va tenir una orientació originalíssima; proporcionava materials als educadors en el lleure, als neixents especialistes en expressió corporal, musical i plàstica; facilitava la feina de l’escola de mestres Rosa Sensat i ben aviat va polaritzar al seu voltant tota l’edició relacionada amb el puixant moviment del jovent actiu i innovador, a més de publicar, per als capellans progressistes i les comunitats cristianes, els materials resultants del Concili Vaticà II. I el fill més jove de la família, Àngel Fàbregues, es va fer un forat en el negoci esdevenint l’editor més innovador del grup: es va fer càrrec de la línia de cançoners juvenils i la va innovar com mai no s’hauria pogut pensar. Àngel Fàbregues, una persona imaginativa, dinàmica, valenta i sobretot enormement empàtica i generosa, va ser l’home que va tenir la visió del que seria el Grup de Folk, el qui va saber aplegar i teixir tots els elements que li donarien força i va proporcionar la plataforma impulsora necessària per a que aquella colla tan heterogènia, improvisada i improvisadora fos capaç d’esdevenir una força d’alt impacte.

Al germà petit de la família el pare i els germans grans el miraven de reüll, però la seva iniciativa va proporcionar un èxit comercial innegable: es va empescar un cançoner destinat al públic d’aquestes publicacions però que deixava enrera les cançons tradicionals de muntanya i reproduia noves tonades per als campaments escoltes combinades amb versions en català d’èxits internacionals, és a dir, el que cantaven els joves dels anys 60, podriem dir que la repercussió en el món del cançoner excursionista de la influència de la nova cançó. D’aquell llibret, titulat «Uel.lé» i subtitulat «Cançons d’ara» se’n van vendre 10.000 exemplars de la primera edició en un any i 8.000 de la segona, una xifra insòlita no només per al gènere sinó per a l’edició en català en el seu conjunt. L’èxit de l'»Uel.lé» va estabilitzar la posició de l’Àngel a l’empresa  i la incorporació del seu equip de col.laboradors: Joan de Déu Soler i Amigó, poeta badaloní, traductor de cançons i estudiós del folklore, que ha arribat a ser el folklorista català més important contemporani després de Joan Amades; Jaume Arnella, cantant popular i poeta, aleshores diaque de la diòcesi barcelonina i obrer textil del Vallès Occidental; i Arseni Sallent, director general de les botigues de material excursionista La Tenda i dirigent de l’escoltisme catòlic. Més tard m’hi vaig afegir jo mateix al grup, però això ja ho explicaré més endavant.

Animats per l’acollida del cançoner renovador, el grup va pensar aleshores una edició d’un nou títol, en aquest cas directament adreçat als joves escoltes, amb cançons, danses, jocs i trucs d’animació, el Iukaidí, que palesava aquesta especialització en la foto d’un minyó escolta que saltava d’un arbre agafat d’una corda. Va tornar a ser un altre èxit, continuat de seguida per la seqüela, Iukaidí II: l’escoltisme ja havia deixat de ser un grup reduït per a l’educació dels fills de les classes benestants catalanistes i s’havia estés per barris, pobles i viles junt amb el naixent moviment de barris, els capellans obrers, les Comissions Obreres, havia deixat enrera un cert aire elitista dels anys 50 i era el moviment juvenil popular de tota una generació; es començava a experimentar amb noves orientacions educatives en el seu si i ja al 1966 l’escoltisme laic no confessional va incorporar la coeducació amb la creació d’unitats mixtes, a l’associació Girl i Boy Scouts de Catalunya.

L’Àngel Fàbregues era un d’aquests dirigents escoltes juvenils. I havia vist món, havia estat testimoni de com l’escoltisme havia donat impuls a una generació de joves francesos; precisament els qui protagonitzarien el maig del 68, havia experimentat el poder transformador del cant associatiu i veia més lluny que cap altre en aquestes possibilitats. I tenia les mans lliures per innovar perquè no depenia a l’efecte de la jerarquització del moviment escolta, disposava de la seva pròpia empresa i tenia la benedicció, valgui la redundància, del clero de la diòcesi. Era, en resum, la mostra vivent de que el moviment escolta de Catalunya podia formar noves generacions de joves dotats d’iniciativa, creativitat, un sòlid fonament ètic i una actitud de servei a la societat. El jove editor, amb la seva guitarra, havia aprés ben aprop de l’Oriol Martorell, havia rebut formació a França, era tossut, minuciós i valent… i tenia un cor més gran, valgui de nou la redundància, que una catedral.  Perquè aleshores no ho sabiem, però l’escoltisme europeu va fer, molt abans que s’inventés, el que ara fa l’Erasmus: emmotllar una nova generació de joves europeus capaç de mirar el futur amb confiança. I de seguida va descobrir que el folk seria la seva aportació personal en aquest sentit.

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I continua aquí: Els anys del Grup de Folk (3)

Els anys del Grup de Folk (1)

Va ser una bona idea commemorar el 50è aniversari de la fundació del Grup de Folk al mateix lloc on va nèixer publicament, el parc de la Ciutadella, a Barcelona. La creativitat i empenta de Jordi Fàbregas, anima bona de Tradicionàrius, i els seus aliats ho han fet possible. I el resultat és que més de mil persones es van reunir diumenge 27 de maig amb nosaltres per cantar plegats les cançons que mig segle abans havien estat els seus himnes de joventut. Fou un dia feliç per a tots i, calladament, tots sabiem que la jornada amagava un gran nombre de significats, molts compartits però també d’altres particulars. Miraré, en aquest post i en d’altres que en seguiran, de recuperar aquests signes i reflexionar-hi una mica.

I UN DIA LA GENT ES VA POSAR A CANTAR. El maig del 68 va començar, a Catalunya, al 1966, amb la tancada de joves al convent dels Caputxins de Sarrià per a fundar el Sindicat Democràtic d’Estudiants de la Universitat de Barcelona (SDEUB) i la consegüent repressió policial i gubernativa del franquisme. Els estudiants catalans van trobar de seguida el suport dels obrers i dels religiosos en un clima social molt diferent als anys foscos 40 i 50, marcat pel pluralisme i per nous agents de canvi. La manifestació de capellans amb sotana a la Via Laietana en protesta per la tortura a un dirigent estudiantil indicava que l’església romana ja no era equiparable al nacionalcatolicisme de la mateixa manera que el moviment obrer ja no era antireligiós, amb les parròquies i els capellans progressistes donant suport i formant part de Comissions Obreres (la Comissió Obrera Nacional de Catalunya es va fundar, el mateix 1966, a la parròquia de Sant Medir). Els nens, adolescents i joves més actius formaven part de l’escoltisme i no del Frente de Juventudes, els ciutadans s’associaven als centres excursionistes o casals de barri i tot aquest ambient generava una nova manera de viure no només contra sinó al marge del franquisme; eren les «illes de llibertat» que va teoritzar el PSUC i el PCE. Aquestes illes eren, de manera molt significativa, espais que deixaven enrera l’abatiment i la tristor dels anys de plom del franquisme, i tot d’una, la gent que hi vivia es va posar a cantar.

Els historiadors no han valorat prou –no sé si ni tan sols han valorat– el fet que un dia, en mig de la foscor franquista, la gent es posés a cantar de nou. Al manifest fundacional de la nova cançó catalana, «Ens calen cançons d’ara», escrit per Lluís Serrahima i inspirat per Miquel Porter, els seus autors es van adonar de la importància d’aquest fet. Tota societat necessita cançons, i no qualsevol mena: cançons del temps present, que no només es puguin escoltar sinó transmetre i cantar. La intuició genial de Josep Anselm Clavé, obrer, francmaçó i fundador del primer diari comunista de Catalunya va ser que no només calia crear una consciència musical catalana, que aquesta neixeria d‘un moviment popular i que aquest moviment havia de ser associatiu i participatiu. Els cors de Clavé no van tenir continuadors a l’alçada d’aquesta visió, de manera que quan a la moderna societat de masses la música popular havia passat a ser industrialitzada, la societat catalana que renaixia a inicis dels 60 no tenia cançons «d’ara» en la llengua pròpia. La nova cançó va ser quelcom més que una correcció d’aquesta anomalia: va esdevenir un fenòmen cultural que es va afegir al corrent general de recuperació de la cultura catalana, amb un èxit popular massiu i immediat.

Amb Els Setze Jutges i altres artistes inspirats per ells Catalunya va recuperar unes «cançons d’ara» però, ai las, aquestes cançons no eren cançons per cantar-les de manera col.lectiva. El model de producció cultural personal no havia estat completat i contrastat pel model associatiu de Clavé. Quan va aparèixer Raimon va marcar una diferència: «Al vent» i «Diguem no» es podien corejar, i aquells brams –en el bon sentit– del noi de Xàtiva van obrir les boques de la gent i van eixamplar-ne els pulmons: «no, diguem nooo, nosaltres no som d’eixe món!». Cançons que es podien cantar i que expressaven rebuig i ànsia de llibertat. Raimon no només va deixar bocabadat el públic sinó els mateixos Jutges (si llegiu avui les lletres dels components del grup no hi trobareu el més mínim vestigi de protesta ni de politització en els continguts; aquestes eren presents al simple fet de cantar en català i de fer-ho des de fora de la cançó industrialitzada dins el sistema franquista, com de seguida va deixar ben clara la censura oficial i les prohibicions gubernatives. Teniem cançons d’ara però n’hi havia poquetes que es poguéssin cantar, doncs havien estat pensades per ser escoltades.

Mentre la nova cançó catalana maldava per crear una cultura musical paral.lela a la indústria de la cançó en castellà sota model franquista, hi havia, però, un petit nucli resistent. I la bandera d’aquest grup irreductible era un petit cançoner imprés a una sola tinta, en tipografia i en paper barat: «Cançons a flor de llavi». Havia estat publicat per la Joventut Obrera Catòlica (JOC) i era fruit del treball de mossèn Francesc Baldelló i un grup de seminaristes. No eren cançons «d’ara» però es podien cantar, i va ser aquest fet el que les va fer actuals: tots els excursionistes duien un exemplar d’aquest llibret a la motxilla i es sabien de memòria totes les peces. Aquest repertori va sonar, irremissiblement, als focs de camp, als trens i als refugis de muntanya cada diumenge, cada cap de setmana, des del 1956 fins l’aparició dels primers discs d’Espinàs, Pi de la Serra i Raimon, i ben aviat el cançoner popular realment existent va aplegar les cançons més «cantables» dels autors (com ara «Pregària», «Les portes» i l’esmentat «Al vent») i els temes clàssics de muntanya com «Muntanyes del Canigó», «La muntanya venerada» o «El vell xalet». Allò que anomenem «kumbaià» ja era aquí molt abans que arribés la cançó del mateix nom.

Faltava, però, un element decisiu, o elements. I aquests els va aportar el pre-maig català del 1966. La gent s’havia posat a cantar i quan la gent es posa a cantar no hi ha qui la faci callar. Van passar moltes coses a la cançó, com el «Se’n va anar», la repressió sobre Raimon i Pi de la Serra, l’èxit de Joan Manuel Serrat i la seva «Canço de matinada», l’aparició de valuosíssims músics com Antoni Ros Marbà, Lleó Borrell, Josep Casas Augé, Francesc Burrull, Manuel Cubedo o Ricard Miralles, però faltava l’element decisiu, la visió genial de la cançó com a fenòmen associatiu, de grup i mobilitzador: cançons d’ara que es poden cantar i fer cantar i tot fent-les cantar participant-hi, fer que la gent es mobilitzi amb alegria i confiança.

Aquest «cinqué element» va ser el Grup de Folk i els seus genis inspiradors. En parlarem a bastament en el proper article, perquè aquesta sèrie… continuarà.

La sèrie segueix aquí: Els anys del Grup de Folk (2)

 

El vídeo y el texto de mi conferencia en el foro de World Goodwill en Ginebra sobre alfabetización mediática y justas relaciones humanas

La ONG internacional World Goodwill/ Buena Voluntad Mundial tiene la amabilidad de incluir en su último boletín (el nº 1 de 2018) una síntesis de mi intervención en su seminario anual celebrado el pasado noviembre en Ginebra, Londres y Nueva York. Yo participé en las sesiones que tuvieron lugar en la primera ciudad, en la sede de Naciones Unidas y en el centro educativo Cayla, y fue una experiencia de extraordinario valor para mí y enormemente estimulante.

Buena Voluntad Mundial (World Goodwill) es una ONG internacional con sede en Ginebra, Londres y Nueva York, que se dedica a impulsar el espíritu de buena voluntad orientado al establecimiento de justas relaciones humanas. BVM impulsa redes de buena voluntad por todo el mundo, considerando la humanidad como un todo, y apoya decididamente la tarea de Naciones Unidas.

El foro de World Goodwill de 2017 tuvo como lema “De lo Irreal a lo Real. 
Discernir la Verdad en la Era de la Información”, y yo participé con una conferencia titulada “El papel de los medios de comunicación en el discernimiento de la verdad: la alfabetización mediática e internacional como herramienta para unas correctas relaciones humanas”.

Os adjunto el enlace a la edición web del mencionado boletín, con un resumen de mi intervención en Ginebra, titulado Constructing a Universal Dialogue through Media Literacy (Construir un diálogo universal mediante la alfabetización mediática). En ese lugar hallaréis también el vídeo de mi conferencia.

Para quienes os resulte más cómodo leer en español, aquí tenéis traducido el resumen.

Gabriel Jaraba es profesor en la Universidad Autónoma de Barcelona, y en la Cátedra Internacional UNESCO de Alfabetización Mediática y diálogo Intercultural.  Gabriel empezó por señalar la importancia clave de la alfabetización tal como ha sido definida por la UNESCO. Sugirió que sin alfabetización mediática no puede haber verdadera democracia. El siglo XXI es la era de la comunicación total, que condiciona todos los aspectos de la vida. Así, nos hallamos en medio de un periodo de disrupción de los medios, que describió como «un cambio civilizatorio en todos los aspectos». Surge entonces la pregunta de cómo actuar responsablemente en esta época.

Estamos en una civilización tecnológica, basada en la digitalizacion de la comunicación, combinada con una cultura mediática organizada alrededor de los medios de comunicación y su convergencia. Esto causa tres impactos clave: en la energía que se precisa para comunicar; en el tiempo; y en el espacio. El resultado es la aparición de unas comunicaciones gobales, instantáneas y ligeras. ¿Cómo causa esto impacto en nuestra responsabilidad colectiva de establecer correctas relaciones humanas? Podríamos estar tentados por reaccionar con miedo y tratar de resistir esa poderosa tendencia, pero de hecho se trata de una gran oportunidad de hacer avanzar la conciencia planetaria, con lo que se difundiría muy ampliamente la Sabiduría Sempiterna a través del entramado universal de la Red, la cual es la manifestación física de una verdadera «noosfera» o esfera del pensamiento humano, tal como predijo Teilhard de Chardin.

La existencia de esta manifestación física del plano mental conlleva nuestra responsabilidad de preservar y fomentar su correcto crecimiento de modo que pueda convertirse en un vehículo útil para las correctas relaciones humanas. Para que ello sea así, Gabriel sugirió que debemos protegerla cuidadosamente del peligro de ser apropiada únicamente por las grandes empresas. Las grandes plataformas corporativas tienen a limitar la comunicación activa de la opinión en favor del consumo pasivo de información. Por ello la educación mediática en la escuela es esencial, pero no suficiente. Debe responder a un panorama tecnológicamente muy dinámico, a las nuevas condiciones creadas por las redes sociales y a la emergencia de algoritmos que toman decisiones sobre lo que vemos. De este modo, la educación mediática afronta el gran reto de arrojar luz sobre el poder oculto de las grandes plataformas y demandarles responsabilidades por su impacto en la economía y la sociedad. Sin embargo, no basta con estar a la defensiva si es que hay que defender la democracia. La alfabetización mediática debe convertirse en un ejemplo práctico de cómo aplicar las correctas relaciones humanas –«las correctas relaciones humanas no son un deseo benevolente ni una utopía irrealizable sino un imperativo ético que debe ser actualizado»–. Y la alfabetización  mediática puede ser expresada tanto en un contexto formal como informal, en las instituciones educativas o mediante el activismo social.

Gabriel compartió sus ideas sobre los nuevos valores que inspiran la alfabetización mediática. Primero, la defensa de la autonomía individual que tienen derecho a la información y a considerarla críticamente. Segundo, la confianza en el valor constructivo de un diálogo participativo y abierto, en la capacidad de las masas y los colectivos organizados para generar información de calidad, evaluación crítica y procesos de toma de decisiones, y la importancia clave del conocimiento compartido. Tercero, el poder de la imaginación creativa, que debe nutrir una democracia comunicativamente activa mediante la igualdad de participación y de expresión de la opinión. Y en cuarto lugar, el respeto por la diversidad cultural y el diálogo intercultural. «La nueva alfabetización mediática respeta la autonomía de cada cultura y su singularidad, porque tiende puentes para la construcción de un diálogo universal entre ellas, orientado a la construcción de valores compartidos».

La alfabetización mediática debe fortalecer el pensamiento crítico y la capacidad de manejar la información difundida por los medios. Sus elementos principales son:

“Saber cómo hallar el acceso a la mejor información posible usando las fuentes más apropiadas, diversas y fiables.

Saber evaluarla con criterios rigurosos y precisos.

Contextualizar y comprender la información según su fuent.

Conocimiento del contexto ideológico y cultural del cual procede la información y el que denota.

Integrar todo lo anterior en un marco de información y conocimientos previos y obtener un resultado significativo».

Desarrollar esas capacidades permite hallar soluciones significativas de problemas en campos como: conflictos interculturales; tareas para acabar con los prejuicios y la discriminación; crear redes de intereses y valores compartidos; participación democrático; limitar el poder del estado; transparencia corporativa; libertad de expresión; y acceso a la información.

Finalmente, Gabriel señaló, “Ya no se trata de promover el patriotismo nacional mediante la alfabetización y la educación, sino de promover, mediante la alfabetización mediática, el sentimiento de una ciudadanía universal orientada a una pertenencia cosmopolita. Los medios son hoy constructores activos de la visión que cada grupo humano tiene de sí mismo y de los demás. La comunicación pone en las manos de cada persona la posibilidad de crear por primera vez en la historia una nueva conciencia planetaria que haga realidad el principio de que ‘las almas de los hombres son una'».

Boletín de World Goodwill, nº 1, 2018

Vídeos con las conferencias

Descargar la conferencia de Gabriel Jaraba en el forum World Goodwill de Ginebra (11 pág. PDF).

Para ver más detalles y el programa completo de los actos, descargar el programa en PDF.

Buena Voluntad Mundial / World Goodwill, ONG internacional.

Fórum de Buena Voluntad Mundial 2017

Fotografía: concierto por la paz y los derechos humanos en la sala de Naciones Unidas en Ginebra diseñada por Miquel Barceló.

La maldición del tranvía o la última frontera del supremacismo clasista

La alcaldesa de Barcelona sabe que el tranvía de la Diagonal ya se ha llevado por delante a alguna gente incluso antes de circular, si es que alguna vez circula. La consulta que sobre él y la reforma de la Diagonal planteó a la ciudadanía el alcalde Jordi Hereu causó la dimisión del concejal Carles Martí, e incluso dicen los observadores malintencionados, es decir los buenos observadores, que Hereu perdió la alcaldía a consecuencia de la desafección provocada o al menos indicada por aquella malhadada consulta. La tozudez de Ada Colau al respecto, pues, dice mucho de su determinación y de que, a pesar que su extraordinario sentido de la oportunidad pueda a veces indicar lo contrario, es una persona de convicciones.

La capacidad de conmover ánimos que tiene la dichosa unión de los dos ramales tranviarios es altamente denotativa de cierto poso ideológico que subsiste bajo la ciudad moderna que se complace ante la presencia del congreso de móviles y se lamenta de la pérdida de la agencia del medicamento por la mala cabeza de quienes yo me sé. El proyectado tránsito del convoy de superficie representa para muchos una invasión, qué digo, una profanación de algo que ha sido sacralizado pero que no se muestra en su esencia y talidad. Ese algo no podría ser más sagrado pues no debe ni puede siquiera ser nombrado. Por eso las razones antitranvía se disfrazan de objeciones técnicas por más que una ligera revisión de sus argumentos supuestamente urbanísticos o económicos mueva a la risa.

Los que cuando éramos niños en los 50 vivíamos en el Poble-sec sabíamos que había ciertos ritos de paso que marcaban las etapas de tránsito a edades más adultas. Dejabas de ser un crío y eras ya un chico responsable dentro de lo que cabe cuando tus padres te dejaban cruzar solo el Paralelo, por donde pasaban no sólo carros de tiro sino automóviles y varias líneas de tranvía. Se te abría entonces el horizonte del Eixample izquierdo, limitado por la Gran Vía, y más allá de ella te encontrabas entonces con otro confín, la Diagonal, que no te atrevías a rebasar, y no por la cirulación. Este límite no era tanto un límite físico como simbólico: cruzarlo significaba entrar en el mundo de los ricos, los ricos de verdad. A la Diagonal ibas a espiar cómo vivían los que tenían pasta; en ella estaban las tiendas de alta costura, el más importante cine de estreno — llamado Windsor Palace, nada menos, donde se proyectó por primera vez Lo que el viento se llevó — y era donde radicaba el Círculo Ecuestre, reducto social de quienes disfrutaban del lujo pero a la vez base de operaciones de la rapiña sistemática ejercida sobre la ciudad por los vencedores de la guerra.

Y al recordar todo esto empezamos a comprender que el tabú de la Diagonalpersiste, y que la sacralización de ese espacio urbano es la defensa de una última frontera en la ciudad. Hacer que pase el tranvía por ella significa que los pobres mancillen el último santuario (con el Ecuestre, el Club de Polo y el Círculo del Liceo) poniendo el pie “donde los ángeles temen pisar”. El tranvía de Barcelona es ya odiado por los sostenedores de ese culto sagrado porque con su inauguración rompió otra frontera hasta entonces inexpugnable: como explicó en su momento el antropólogo Manuel Delgado, el transporte público sobre raíles había evitado hasta entonces rozar siquiera Sant Just Desvern y Esplugues de Llobregat, las dos zonas lindantes con la Diagonal más occidental en la que, con Pedralbes y el entorno de la avenida Pearson, son los lugares donde residen los ricos, los ricos de verdad, los últimos mohicanos de la pasta pastosa. La idea de que el populacho se acercara a sus zonas de santuario mediante una línea de tranvía inamovible, cuyo recorrido no se podía desviar como el del autobús, era insoportable. Los raíles del tranvía dejaron una herida en la corporeización geográfica del clasismo del dinero y el poder, de la aristocracia de las pelas y de la de los viejos honores, de los que recibieron con los brazos abiertos, perdón, alzados, con Manuel Mateu al frente, a las tropas franquistas cuando el 26 de enero de 1939 entraban, también, por la Diagonal.

Que la herida sufrida en la carne viva del penúltimo reducto ultraclasista se extienda ahora a la totalidad de la última frontera y pase por delante del Círculo Ecuestre — ese lugar donde los ricachos se permiten todavía abroncar a los cargos electos por el pueblo — horroriza a quienes pudieron soportar a Narcís Serra y a Pasqual Maragall porque al fin y al cabo eran hijos de familias que, aunque catalanistas, no suponían un peligro para el status quo barcelonés. Pero Ada Colau representa algo terrible, nada menos que por primera vez en la historia desde la fundación de Barcino: una muerta de hambre se pone al frente de la alcaldía de la ciudad en lugar de uno u otro cachorro del mundo del dinero y el poder. Eso es lo que de verdad causa pavor y a lo que la superstición del último tabú sagrado responde.

Pues que vayan recordando que el Liceo y su exclusivo Círculo existen porque han sido reconstruidos y siguen siendo financiados con dinero público, ese que apoquinan los muertos de hambre; no son suyos, son de todos. Hacen como si eso no fuera con ellos e incluso se comportan como si su fiesta la pagaran también ellos, y no. Los independentistas son cucos, y como afectos también a un culto altamente simbólico, saben que les puede salir a cuenta darle una patada a Ada Colau en el culo del tranvía; incluso otro muerto de hambre, Alfed Bosch, se apunta a ello.

Tratar con símbolos sagrados, tabúes innombrables y sacralizaciones incomprensibles es siempre arriesgado; no porque no sean racionales, como creeen algunos cientifistas ingénuos, sino porque lo son demasiado. La inefabilidad que la sacralidad impone está plenamente justificada: no se puede decir en voz alta lo que todo el mundo sabe; que la última frontera en cualquier confín de este planeta se encuentra allí donde resiste la sinrazón del poder del dinero frente a la razón de la democracia. Incluso frente a nuestras propias narices y sobre todo cuando se amenazan ciertos símbolos que dicen de aquí no se pasa ni en broma, entren por la puerta de servicio y cuidadito con chistar.

Publicación original: Medium

Llegir la versió en català al butlletí de la Fundació l’Alternativa, d’Esquerra Unida i Alternativa

 

La violencia contra las mujeres, reminiscencia de un oscurantismo secular y expresión de la degradación moral colectiva

giner-de-los-ríos

Día tras día, año tras año: los feminicidios en España son un goteo que señala, como macabro reloj, el transcurso y persistencia de la barbarie humana. Son crímenes machistas, sin duda alguna, pero los causa algo más que el mero machismo, un factor que se encuentra más allá del rol dominante de un sexo sobre otro. Son la expresión genuína de una podredumbre que afecta al pueblo español en el mismo núcleo de su ser colectivo.

Esta no es una atribución excesiva. Los feminicidios son tal expresión del mismo modo que la incapacidad del pueblo estadounidense para normalizar sus relaciones raciales es el resultado de una pesada carga histórica; ahí es nada construir un país que llega a ser la primera potencia del mundo sobre las espaldas de mano de obra esclava tras el asesinato genocida de la población originaria.  En el mismo sentido, la expresión violenta del odio contra la mujer es una reminiscencia de todo un pasado cultural que cargamos todos sobre nuestras espaldas.

Esa carga colectiva no disminuye la responsabilidad machista en este y otros comportamientos que le son propios. Pero nos indica que no cabe reducir los feminicidios españoles a una mera cuestión «de género», como parecen creer las instituciones, de gobierno y otras. La violencia contra las mujeres es una violencia contrarrevolucionaria: se trata de una reacción desesperada ante la única revolución del siglo XX que ha triunfado, la revolución feminista. La emergencia de la mujer, en todos los campos de la vida, ha dejado descolocado al hombre ensimismado en un modo de vida que resulta obsoleto y el cual parece definir por completo lo que él considera su identidad, y esa desesperación hace aflorar algo primitivo, que ya se hallaba ahí, en el fondo de un modo de ser que va más allá de su persona y sexo.

Se dice que el gran pecado capital de los españoles es la envidia. Falso: es el desprecio. Véase el desprecio con que las clases dirigentes y sus representantes políticos hoy en el poder se dirigen a la ciudadanía; ese tono insolente y despectivo aprendido en sus familias, que solía usarse para tratar al personal de servicio y a las clases subalternas. El mismo desprecio que emplean los discutidores dogmáticos incapaces de atender a las razones de los otros, sea cual sea su clase social. Es un desprecio radicado en un oscurantismo secular, que persiste y sigue invadiéndolo todo.

Ese amasijo de emociones perturbadas y vicios inveterados subsiste en la superficie de una sociedad que considero sujeto de una grave degradación moral. Quien desee conocer en qué consiste esa degradación sólo tiene que leer los libros del recientemente desaparecido Rafael Chirbes, en ellos está todo. La cleptocracia que gobierna España no ha ascendido sola al poder sino impulsada por el voto de los electores. Y esa casta dirigente es más que una clase extractiva: es la expresión última de un recorrido histórico español en el que no ha triunfado ninguna reforma cívica, no ha existido ninguna regeneración moral. Todos los intentos de democratizar España, desde por lo menos Jovellanos o las Cortes de Cádiz, pasando por la primera y la segunda repúblicas, incluyeron el empeño de transformar el país no solamente en su forma de gobierno y estructuras políticas sino en el modo profundo de vivir la vida, tanto la colectiva como la personal. El desapego de la gente respecto a la actual constitución y asimismo la reticencia a reformarla por parte del partido en el gobierno denotan que el último intento regenerador se halla profundamente comprometido, si no caducado.

No ha habido nunca moral colectiva en España, excepto en los grupos reformistas y revolucionarios, y en momentos de fuerte tensión de cambio. Tampoco ha existido siquiera una moral religiosa, por elemental o incluso derechista que fuera. El nacionalcatolicismo fue una parte más de un inmenso sistema de control, una ideología pensada para el combate (y que sigue en él) que cubría la profunda corrupción sobre la que se sostenía el franquismo y el experimento neocapitalista que albergó en su seno. Bajo la beatería y la superstición pseudorreligiosa ha persistido, década tras década, la ausencia de una responsabilidad moral personal. La ausencia de una sólida corriente cristiana fruto de la Reforma protestante es igualmente significativa, y mucho más que tantos periodistas lerdos endilguen a Angela Merkel el adjetivo de «calvinista» a modo de –cómo no– epíteto despreciativo. Otro gallo nos cantara si entre nosotros reinara la exigente ética calvinista y la sólida moral luterana. Son estas tradiciones espirituales las que se encuentran, junto con el poder del movimiento obrero, en la base de la longeva socialdemocracia de los países nórdicos, así como el metodismo y el anglicanismo progresista se hallan en el nacimiento y la historia del laborismo británico, por no citar el presbiterianismo escocés que está en la base de sus reivindicaciones actuales.

Una tradición ética religiosa reformada, así como un catolicismo progresista, no se oponen a una ética laica civil sino que la complementan y la refuerzan, si existe un sentido democrático que vaya más allá de las formas de gobierno o los sistemas de voto. Los progresistas laicos, agnósticos y ateos españoles no han contado con el sostén de lo que pudo haber sido un cristianismo reformado, y estoy pensando en Giner de los Ríos, por ejemplo. El hundimiento del franquismo institucional ha dejado intacto al franquismo sociológico, histórico y cultural, que subsiste en el gobierno pero en no pocos sectores de la sociedad civil. Y es así como la inmoralidad franquista rebrota en el país, desaparecidas las estructuras del franquismo institucionalizado pero intacta la huella que dejó en la población: desprecio por el otro, provecho personal a toda costa, violencia como recurso en la acción.

La violencia contra las mujeres no es la violencia del franquismo institucionalizado sino la reminiscencia de siglos de desprecio y negación del otro. Esta violencia se ejerce de manera individual pero es una tendencia colectiva. Ahora son objeto de ella las mujeres porque sus ejercientes han crecido y se han desarrollado entre formas superficialmente modernas –consumo, materialismo, prosperidad momentánea– bajo las que se esconden actitudes seculares. Y cuando esas seguridades momentáneas, ese culto al provecho personal cueste lo que cueste se desvanecen, aflora una desazón que se expresa también de manera secular.

No, no todos los hombres que ven en peligro su concepción de la vida agreden y matan a las mujeres. Pero se echa en falta una reacción grupal por parte de la población masculina que vaya más allá del lamento y la condena puntual. Quizás la hubiera si la ciudadanía fuera consciente de que la raíz de esa violencia reside en una amoralidad colectiva que hay que desterrar de una vez por todas. No sólo por los crímenes sino porque su persistencia nos mantiene a todos esclavos.

Ilustración: Francisco Giner de los Ríos, por David Madilla.

La Barcelona actual o el perquè de tot plegat

bcn

La vida no només és irònica i paradoxal sinó cruel. Ves per on és amb el partit dels botiguers manant a l’alcaldia que el comerç tradicional de Barcelona s’enfonsa. Per la llei dels lloguers però també perquè moltes estructures polítiques vigents estaven pensades per la governança d’una altra societat. Vaig sentir dir un dia a Joan Majó quan era ministre d’Indústria que l’escola prepara la gent per a una societat que ja no existeix; podriem dir que els partits i les institucions actuals pretenen organitzar les restes del que ja comença a ser una altra cosa. Les botigues tradicionals, allò que impedeix que una ciutat sigui un «no lloc» (Marc Auge) van desapareixent mentre Convergència i Unió en versió municipal és impotent per aturar el degoteig; si el PSC, fins i tot amb ICV, estigués al seu lloc, els passaria el mateix. Hi ha un nom que, com el fantasma de Canterville, és sempre present per recordar-nos que Barcelona és una ciutat on si vols anar en sèrio contra el gangsterisme especulatiu t’assaltaran el pis i t’amenaçaran de mort; Itziar González Virós, regidora de Ciutat Vella elegida independent a la llista del PSC i filla de l’eminent constitucionalista Josep Antoni González Casanova i la gran rectora de la UPF Rosa Virós.

Xavier Trias és una bellíssima persona que ha vist, perplex, com l’acusaven d’amagar diners a l’hisenda pública, justament anys després que a la ciutat dels prodigis s’obrés el miracle de fer possible el porciolisme –o alló que el porciolisme tenia de possible– gràcies a l’esquerra governant en coalició. No crec que Trias sigui més impotent davant els fets consumats que Hereu o, ai, Clos. En tot cas, ell no ha signat les coses que ells, Maragall i Serra van signar cadascú en el seu moment, cosa que l’honoraria si no fos perquè cada persona viu com pot el seu temps i la seva circumstància. Però el moment històric contemporani de la Gran Encisera fou quan l’esquerra va trobar amb els Jocs Olímpics l’oportunitat que el zeitgest demanava: el pacte entre les èlits barcelonines (els hereus de Miquel Mateu) i els líders democràtics de l’oposició al tardofranquisme. Tirar endavant un model de ciutat expansiva que no posés en qüestió l’estructura de classe del poder de la ciutat mentre s’esponjava el teixit urbà i es creaven nous serveis i espais ciutadans, cosa que permetia la quadratura del cercle: fer la ciutat més habitable mentre els qui han de guanyar (molts) diners en guanyaven (més que mai) sense la lletjor porciolista com a llufa.

El preu de l’operació l’estem veient ara. Fa dues dècades la gent sentia que havia recuperat la ciutat: rondes, platges, vila olímpica, nous serveis, transports, parcs i espais urbans recuperats. S’expressava a les noves festes populars l’alegria de sentir-se novament protagonistes de la vida de la ciutat. Però alhora les associacions de veïns, reivindicatives i organitzadores dels ciutadans a l’entorn de les lluites, anaven essent substituïdes per centres cívics municipals, en els quals la gent era considerada com a mera receptora de serveis i atencions. Els moviments d’Ada Colau i simil.lars són la rebelió tardana contra aquell procés que es va anar escolant sense ressistència.

Ara és massa tard. Les dinàmiques que fan de la ciutat el que acaba essent estan fora de control democràtic. El turisme és la indústria hegemònica a una ciutat que, als anys olímpics, volia ser capdavantera en innovació tecnològica i creativitat i es troba que als dosmildeu, els espais del Poble Nou que s’havien de dedicar a la creació d’empreses i al desenvolupament tecnològic s’amaguen rera els solars on els immigrants precaris emmagatzemen ferralla.L’estampa de la Guàrdia Urbana prohibint una modesta revetlla a Palo Alto és una cruel caricatura del procés.

Fa vint anys, aquell despotisme il.lustrat era despotisme però democràtic, un possibilisme que mirava d’arrencar beneficis per a la col.lectivitat d’entre els beneficis privats que la dinàmica de renovació ciutadana afavoria. Ara, ni això. Els guanys del turisme van a la butxaca dels hotelers i de les multinacionals de roba de marca estandaritzada; no per cert al seu personal mal pagat, tractat a baqueta i contractat de mala manera. Uns i altres empresaris semblen cada dia més un cartel que, si no del.liberadament si gràcies a la inèrcia de les coses, imposa la seva llei privada al rovell de l’ou de l’interès públic.

Tot passejant pel centre de Barcelona anava rumiant tot això plegat i em preguntava dues coses. Una: per què entre tot aquest personal d’hoteleria mal pagat i mal preparat que treballa als mil i uns locals de tapes no hi ha ningú capaç de fer una truita de patates com Déu mana? Una altra: tot aquest fotimer de botigues de roba venen realment prou roba com per justificar el volum i l’extensió del seu negoci? Perquè probablement si algú volgués blanquejar diners –i el diner a blanquejar en grans quantitats ja sabem de quins negocis surt– no podria trobar una tapadora legal més apropiada. Perquè la millor manera d’amagar una cosa és, com ens va ensenyar Edgar Allan Poe, posar-la ben a la vista. I així s’explicaria tot.

Ada Colau: el veritable rostre

Mentre la BBC ofereix  una entrevista amb Ada Colau, difonent la personalitat i les raons de l’activista contra els desnonaments, al nostre país hem de recòrrer a una petita publicació per saber d’ella quelcom més que les informacions d’urgència i els tòpics propiciats per les rutines del periodisme. I ara podem descubrir qui és en realitat Ada gràcies a Espai de Llibertat, la revista de la Fundació Francesc Ferrer i Guàrdia, dedicada al pensament polític i social i centrada en el lliurepensament.

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Tom Paine, torna!

tom paine

Doncs jo em pensava que als països democràtics hi havia divisió de poders. La sentència del Tribunal Superior de Justícia de Catalunya per la qual imposa un 25 per cent d’hores lectives en castellà a unes escoles demostra tota una altra cosa. Els ciutadans ja poden elegir diputats per sufragi universal, els parlaments ja poden anar legislant, els governs ja poden anar executant les lleis: en un moment determinat, quan cal i si cal, un altre poder no electe pot anul.lar totes i cadascuna de les accions democràtiques precedents i imposar la seva pròpia concepció de determinades polítiques a seguir en qüestions d’interès general i fonamental, obligant per via judicial a la seva aplicació per part de la ciutadania.

A partir d’aquesta constatació es poden fer tota mena de consideracions de caire polític, jurídic, legal, filosòfic i social que contextualitzin i matisin els fets. Aquests fets, però, són tossuts: a Catalunya hi ha un poder no elegit pels ciutadans que quan convé pren decisions que afecten directament la vida d’aquests i modifiquen les polítiques que els seus representants lliurement elegits han decidit mitjançant el joc pluralosta entre majories i minories representades. I quan les tesis d’una minoria, degudament representada però en proporció inferior segons el nombre de vots rebuts, obtenen gràcies a una decisió d’aquest poder no electe, l’aplicació pràctica i executiva, ens trobem amb el fet nu i cru que al nostre país hi ha un poder –del qual no es pot dir que sigui ocult sinó tot el contrari– que té la potestat de contrarestar les decisions democràtiques preses pels representants dels ciutadans. I això té un nom molt concret i palès que no esmentaré aquí.

La primera revolució democràtica independentista de la història va ser la dels Estats Units d’Amèrica, que reclamaven a la corona britànica «no taxation without representation». Jo sempre destaco que aquell procès d’independència no es basava en qüestions identitàries, lingüístiques o culturals sinó en la sensació creixent de ser objectes de greuge i injustícia i de limitació del desenvolupament. Tenim ara, a Catalunya, un fet que ens suggereix tornar a examinar aquella revolució independentista triomfant i pensar sobre què implica la invalidació de la representació de manera parcial a càrrec d’un poder no electe. Podria ser la política d’aplicar gradual i intermitentment un 6 d’octubre suau i en dosis homeopàtiques pero sense preocupació de que «se note el efecto» per tal que tothom sàpigui a què atenir-se.

Il.lustració: Tom Paine, antecedent i pare del pensament lliurepensador revolucionari,

La leyenda de Harun al Rashid y la resurrección de Kiril I

sandalias

Leo que la presidenta de Brasil, Dilma Roussef, se escapa de sus escoltas para correr en moto por la ciudad. Como decía el mártir de Reading, la naturaleza imita al arte: mi primera inoculación de sensibilidad cinematográfica, aún en mi tierna infancia, fue causada por una Audrey Hepburn trotando por Roma en una Vespa pilotada por Gregory Peck; era la princesa Anna, que quería vivir la vida de la gente corriente. Tras la segunda guerra mundial, las gentes de la realeza cambiaron los modos aristocráticos por otros burgueses:  ropa cómoda, coches, motos y barcos deportivos. La primera “plebeya” en acceder a una casa real fue la española Fabiola de Mora y Aragón, al casarse con Balduino, rey de los belgas, cuya boda fue quizás el primer reality show de la cultura pop de la postguerra en nuestro país, y ella, una Lady Di avant la lettre y con mejor fortuna. Existió el precedente de la Grace Kelly hollywoodiana convertida, en 1956, en princesa de Mónaco.

El poderoso que se escabulle de su entorno protegido para mezclarse con el pueblo ha llegado a alcanzar la categoría de mito, es decir, de referencia arquetípica recurrente que encierra una enseñanza de vida. Ese mito se extendió por el mundo a partir de la leyenda del califa Harun al Rashid,  popularizada por Las Mil y Una Noches. El califa era un gobernante todopoderoso, justo y bueno, que recorre disfrazado los mercados y las plazas de su reino para escuchar de primera mano los agravios que sus súbditos reciben de los administradores venales o ineficientes.  Harun, embozado, afina el oído y, de vuelta en palacio, reprende al administrador infiel, a veces descubriendo su verdadera identidad ante los atónitos plebeyos (como se ve, las raíces de la dualidad Superman-Clark Kent son más antiguas y ambiguas de lo que parece). En todo gobernante populista se esconde un Harun al Rashid en potencia, y así, el mito resurge periódicamente, con Fidel y con Chávez, también con el Juan Carlos otrora campechano en moto, el Suárez de las partidas de dómino en Cebreros o  el José Múgica uruguayo, llano y accesible en su ranchito. No en los casos de De Gaulle, Giscard d’Estaing, Helmut Schmidt o Konrad Adenauer. Tampoco, y es curioso observarlo, con Obama, frío y hasta  hierático incluso cuando quiere parecer casero y familiar.

Quizás el culmen del hieratismo principesco en el siglo XX fue Eugenio Pacelli, el papa Pío XII, sucedido por Angelo Roncalli, Juan XXIII, un finísimo diplomático que gustaba aparecer como un pastor lombardo, natural de un pueblo de nombre tan significativo al respecto como Sotto il Monte. También significativamente fue apelado “el  papa bueno”, probablemente porque se consideraba que los hubo malos. El año que murió el papa Juan, Morris West escribió su novela Las sandalias del pescador, en la que presentaba la fantasía prospectiva de un papa “llegado del frío” preocupado por el hambre en el tercer mundo y el riesgo de ruptura violenta del equilibrio del terror entre las superpotencias. El papa que realmente llegó del este no fue como West había imaginado o deseado. Pero la versión cinematográfica de la historia, en la que Anthony Quinn se pierde por las calles del Trastevere enfundado en un gabán que apenas oculta su clergyman, anticipaba en realidad al actual Francisco, alojado fuera del palacio papal y oficiando misa cada mañana con los empleados de la modesta residencia de Santa Marta.

¿Será Jorge Mario Bergoglio el verdadero Kiril I, el papa venido del fin del mundo, capaz de desencadenar la fuerza de la buena voluntad en los corazones de piedra de los poderosos? Aún no lo sabemos pero lo que ha demostrado ha sido el poder del mito de Harun al Rashid, y con ello, lo profundo del interrogante que albergan los corazones de los hombres tocados inconscientemente por ese arquetipo. En estos tiempos ásperos y crueles, mientras Dilma Roussef, otrora guerrillera revolucionaria, pasea en moto como una princesa Anna en absoluto ingenua, los poderosos del mundo no se molestan en sacar partido de la imagen del gobernante próximo, sabedores de que ni siquiera esa apariencia podría humanizarles. Tampoco las masas desesperanzadas y perplejas vuelven sus ojos hacia ellos en espera de un gesto. Rajoy, presidente de un país que adora el populismo («qué buen vasallo sería…») ni siquiera se plantea dejar de ejercer su hieratismo dejando que sus subordinados, unos en versión Rottenmeyer y otros en clave hooligan pechen con el rebote de las consecuencias de sus actos. Quizás Francisco destaca porque es el único que se permite tales gestos, y la respuesta ante ellos probablemente sea fruto de tal nivel de desesperanza. Pero es significativo que aún resista ese hilo tenue de confianza en la buena voluntad, que no es un sentimiento endeble y pegajoso sino la confianza en el poder de la acción humana para transformar la realidad, de manera directa, fehaciente y sin constructos conceptuales que puedan servir de escondrijo.

(Queda, de fondo, la paradoja: para poder ejercer esos gestos es condición hacerlo desde el poder, a menudo absoluto. Sin tal potestad la actitud compasiva y en pro de la justicia pierde su magia, es un gesto de impotencia más. Solamente el califa omnímodo puede devenir algo más que denunciador de lo torcido. Que las masas actuales no vuelvan una mirada esperanzada hacia el poder es significativo de la situación actual; que algunos lo hagan en dirección a Santa Marta aún lo es mucho más).

Llanos de Luna y Tito B. Diagonal, o la naturaleza imita al arte

estadella

El gran Oscar Wilde acuñó una famosa frase que suelo utilizar a menudo para tratar de describir lo que resulta casi indescriptible: la naturaleza imita al arte. La mirada aguda del mártir de Reading le hizo pronunciar algo más que boutades. Tuvo la intuición genial de que percibimos la realidad no tal como es sino como nos la muestra nuestra mente, que es constructora de sentido y, en ese juego de espejos entre la creación natural y la creación humana existe un diálogo que va más allá de lo a menudo sospechado.

La contundente verdad de aquella frase nos aparece ahora, en toda su crudeza, en unas declaraciones de la delegada del gobierno en Barcelona, Llanos de Luna, en la que ha venido a decir que «es necesario que haya ricos y pijos, porque son los que gastan dinero». Lo ha dicho totalmente en serio, convencida de que pronunciaba una verdad del barquero, y sin caer en la ingenuidad que tal afirmación encierra. Poca gente hay más tacaña que los ricos, que lo son precisamente porque no gastan más de lo imprescindible, y poco gasto existe más selectivo que el de los pijos, que no alcanza a la producción y servicios producidos por las clases modestas o medias sino que ingresa en las arcas de gente a su vez rica. Un servidor ha conocido unos cuantos ricos y pijos en su vida y no me han invitado nunca ni siquiera a un café. Por citar una conocida figura que auna las dos condiciones citadas por la delegada, Montserrat Caballé, los periodistas más viejos del lugar recuerdan que cuando iban a entrevistarla, la diva rebuscaba en el mueble bar de su domicilio entre los licores de gran calidad hasta dar con la botella de Terry, de la cual servía media copita al reportero.

El episodio nos devuelve, súbitamente, la figura del gran Tito B. Diagonal, genial creación del radiofonista Jordi Estadella, que hizo las delicias de los oyentes de Radio Juventud de Barcelona en los años 70. Jordi, poseedor de un fino sentido del humor, como tantos compañeros suyos en aquella emisora, creó el personaje de Tito B. Diagonal, encarnación arquetípica del pijo barcelonés, criado en la atmósfera de Sandor, Círculo Ecuestre, Boliche y el Bikini de la primera época, que decía en voz alta y a las claras lo que otros Titos reales callaban, en una época en que la cultura progresista había alcanzado una momentánea hegemonía en la escena pública, durante el franquismo y la primera transición. Salidas como su reclamación de un carril Solo Lamborghini para contrastar el trazado entonces incipiente del carril Solo Bus fueron clamorosas, por citar una que recuerdo a vuelapluma. Tito nos hacía reir porque el descaro de Estadella desvelaba la verdadera mentalidad de quienes tenían la paella por el mango pero lo disimulaban.

Quién le iba a decir a mi querido Jordi que llegaría un tiempo en que lo que su personaje decía en coña sería pronunciado en serio por las autoridades. No sólo la letra sino la música: véase la prosodia y entonación del ministro Cristóbal Montoro, trasunto sonoro de la voz de aquel personaje radiofónico.

Por cierto, que la señora delegada reveló su íntimo pensamiento cuando asistía al trofeo de tenis Conde de Godó, verdadero escenario digno de una aventura de Tito B. Diagonal. Así que no me discutan la justeza de la frase de Oscar Wilde.

 

Feliç Diada!

Feliç Diada Nacional i Patriòtica de Catalunya. Reclamem els nostres drets nacionals i socials. Per una Catalunya lliure de l’imperialisme espanyol, del capital apàtrida, dels servidors del diner en lloc del poble i dels enemics de la democràcia i la tolerància. Socialisme i llibertat! I un record emocionat per a les víctimes de tants 11 S: Salvador Allende, president socialista i maçó de Xile, Víctor Jara i tots els repressaliats per Pinochet; les víctimes innocents de l’atac a les Torres Bessones de Nova York, treballadors de despatxos, de la neteja, manteniment i serveis, pares i mares de família. Víctimes en totes dues jornades luctuoses dels enemics de la llibertat, igual que els catalans.

El agua moja y en la sombra da el fresco

Las autoridades competentes, raudas ellas, han decretado el alerta por el excesivo calor y han hecho públicas las recomendaciones necesarias para la protección de la ciudadanía.

En primer lugar, andar por la sombra. La sombra es esa parte donde el sol no da de lleno y, si uno se sitúa en ella, se siente algo más fresco, o no directamente quemado por los rayos de Febo. Se aconseja, pues, evitar la insolación directa aprovechando las zonas de sombra.

En segundo lugar, ponerse una gorra. Cuando hace sol lo más conveniente es cubrirse. Al colocar un elemento entre la luz del sol y la cabeza, se proyecta una sombra sobre ésta, obteniéndose efectos semejantes a los explicados en la anterior recomendación.

En tercero, beber agua. Beber agua es como antes se llamaba a la acción de hidratarse. El agua hidrata las células y proporciona sensación de frescor, humedeciendo la garganta y suavizando la sequedad de las vías respiratorias. La frescura del aire en la sombra y la ingestión de agua son la estrategia más completa para combatir el calor.

Trabajadores sociales recorrerán las calles de la ciudad y, si ven a una persona acalorada o haciendo ejercicio físico, se aproximarán a ella y le recomendarán que haga uso de las tres medidas citadas. Si se trata de una persona mayor o un indigente, le harán entrega gratuíta de una botella de agua y le recomendarán que se acerque hasta un local municipal provisto de aire acondicionado. Los trabajadores sociales están capacitados para distinguir cuando una persona avistada puede comprarse ella misma la botella de agua o no.

Estas recomendaciones no han surgido de mi pobre mente enferma sino que pertenecen a un anuncio del ayuntamiento de Barcelona y las declaraciones de un responsable municipal que escuché ayer por Catalunya Ràdio. Yo creía que el anterior gobierno de la Generalitat había colmado las posibilidades que ofrece el paternalismo hecho comunicación pública, pero veo que la estupidez que brota en los circuitos cerrados institucionales no conoce fronteras políticas.

Júlia Costa comenta lo mismo en Passeu per l’ombra!

El robo en el supermercado y la moral obrera

Hijo de familia obrera, enormemente modesta, siendo mi padre militante comunista y combatiente republicano, he sido educado en una estricta moral propia de las clases trabajadoras. Esa moral se basaba –y el pretérito es a posta– en una autoconciencia de una honradez insobornable. Consistía en que el hecho de ser trabajador confiere dignidad, equiparable a cualquier otra; que ser pobre no es ser

ignorante sino que implica el compromiso de ilustrarse; que se nos distingue por nuestra educación para con el prójimo, que surge de la conciencia de la igualdad, que no permite tratar a nadie como inferior o superior, y que el trabajador no toma nada que no le haya sido dado ni que no haya ganado con su esfuerzo, así se muera de hambre. Para esta moral obrera, robar gallinas para comer, o robarlas para que coman otros, queda fuera de la ética de clase.
Vista la reciente vulneración de éste último punto, lamento que tantas personas de buena fe aplaudan lo que se presenta como una acción solidaria y no es más que un triste gesto.

No me preocupa la crisis económica

No me preocupa la crisis económica, me preocupa la crisis moral que estamos experimentando. La experimentamos incluso quienes nos rebelamos contra la imposición antidemocrática del neoliberalismo de estado por la via del diktat y los hechos consumados. Sabemos que nuestros gobernantes son un antiejemplo y que actúan desde el cinismo y la ineptitud. Pero no nos damos cuenta de que no existe un cinturón sanitario moral entre gobernantes y gobernados (entre otras razones porque nos gobiernan quienes han sido elegidos por nosotros para ello). El ser humano no actúa reflexivamente como se intenta hacer creer desde la utopía ilustrada sino que se mueve por impulsos emocionales, propios del ser social que es y que por tanto funciona por empatía y contagio. El zeitgest (espíritu del tiempo) cuenta más de lo que se cree, y colectivos humanos muy amplios acaban actuando grupalmente creyendo que lo hacen por decisión individual.

Desde hace tiempo sostengo que uno de los problemas raíz de España y de Cataluña es la ausencia de una cultura protestante influyente. No es un accidente histórico sino el resultado del furibundo combate que la reacción nacionalcatólica llevó a cabo en todo el siglo XIX contra cualquier disidencia, señalando como objetivos principales el protestantismo y la masonería, con unas formas, un lenguaje y unas acciones que fueron todo un avance, stricto sensu, de lo que en el siglo XX sería el nazifascismo. La ausencia de cultura protestante y la necesidad de escapar individualmente al ahogo totalitario ha creado individualistas insolidarios en lugar de personalistas democráticos. El individualismo insolidario español se disfraza de indignación y de populismo pero busca una solución para sí, inmediata e irreflexivamente: eso es lo que explica que en este país se haya votado al gobierno actual y al mismo tiempo se desarrolle una corriente de rebelión contra él.

Los que nos gobiernan están mostrando sus antecedentes fascistas y nacionalcatólicos detrás de su afán por imponer el neoliberalismo de estado, sin que se perciba rastro del verdadero liberalismo que es el núcleo constitutivo de la democracia. Los gobernados enseñan el tradicional espíritu de revuelta popular –que sirve tanto para resistir a los facciosos el 18 de julio de 1936 como para reclamar el regreso del rey felón en 1814– entre el que sí destacan vestigios de la lucha antifranquista que fue una lucha unitaria y popular.

La justeza de la indignación actual no me es garantía de la rectitud moral de muchos de quienes la ostentan. La de quienes son objeto de indignación la conozco de sobras. Pero las emociones de rabia y frustración que se extienden entre la ciudadanía sí me preocupan. Son justas pero no se construye nada a partir de ellas. La prueba es que no existe ninguna acción conjunta, organizada y coordinada, para salir de este estado de cosas. Me pregunto cuáles serán las cifras de participación en las manifestaciones de mañana, y me pregunto también qué porcentaje de votos sacaría el PP si se presentara a elecciones mañana mismo. Las respuestas a ambas preguntas me parecen inquietantes.

Es necesaria una regeneración moral de la ciudadanía, que no pasa únicamente por la protesta. Si la indignación no desemboca en un movimiento político que revierta la situación en las Cortes y el Gobierno, esa indignación no sirve para nada. Bien, sí sirve: una indignación sin traducción en cambio político sirve para abonar el terreno a un populismo antidemocrático. Es cruel decirlo, pero hay que recordar que el movimiento anticorrupción italiano dinamizó la situación que dio paso a Berlusconi.

La regeneración moral que necesitamos pasa pues por la politización real y no la de boquilla. El magnífico ejemplo de organización y movilización de los mineros asturianos no es nada sin un movimiento político que lo sustente, digan lo que digan los espíritus libertarios. Pero pasa también por una regeneración personal, por un acto de voluntad que convierta la desazón, el desánimo y el temor en energías creativas que movilicen también en el sentido individual además del colectivo. Es una oportunidad para cambiar, para mejorar, para aprender, para liberarse de desechos emocionales y rutinas funestas. Si nos indignamos contra la situación económica y política pero no emprendemos una transformación personal es que no hemos entendido nada. Y esa transformación personal es más urgente todavía cuando compruebo que en muchas personas la indignación está dando paso al odio, ese viejo espectro español que nos ha arrojado una y otra vez a la cuneta de la historia. Existe odio en algunos sectores y gente que se muestra satisfecha de odiar. El odio no es motor de cambio político alguno, las revoluciones no se hacen con odio sino con estrategia. El odio es un veneno que destruye todo lo que hay a su alrededor y aniquila a quien se permite experimentarlo. Y existen personajes con ansias de liderar que viven un peligroso ensueño megalómano y prometeico –la alusión al personaje es a posta– que ejercitarán la prestidigitación de hacer creer que es coherencia ética lo que es simplemente odio y amargura.

No se trata de cambiar para regresar a la anterior situación sino para acceder a otra nueva. Y esa nueva situación que deseamos –porque la deseamos, ¿verdad?– solamente puede ganarse con la transformación personal y la colectiva. Lo diré con claridad: hasta ahora hemos llevado una vida mediocre, en la que cierto acceso al consumo nos ha mantenido en un ensueño. Nuestra producción industrial es mediocre, nuestros servicios son mediocres, nuestra educación es mediocre. Hemos sido un país de personas mediocres porque no hemos sido capaces de generar un personalismo democrático sino un individualismo vacío. La falta de responsabilización personal fruto de la ausencia de cultura protestante nos ha hecho mediocres, y ahora nos presenta desorientados ante la actual situación, incapaces de actuar con eficiencia. La opinión publicada y la prensa en su conjunto aluden, en un descomunal alarde de ignorancia, a la actitud de Angela Merkel como «luterana», despreciativamente. Aún persiste la inquisición y el nacionalcatolicismo en bocas de quienes se dicen progresistas. Lo que demuestra la enorme tarea que nos queda por delante.

(Ilustración: Martín Lutero, padre de la reforma protestante).

La existencia de la SGAE no sólo es contraria a Derecho sino indecente

La Comisión Nacional de la Competencia ha impuesto a la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE) una multa de 1.766.744 euros al considerar acreditado que ha abusado de su posición dominante en el mercado de la autorización de la comunicación pública de obras musicales en bailes celebrados con motivo de bodas, bautizos y comuniones o en los que el acceso de los asistentes se realice a través de invitación personal.

La decisión de la comisión sobreviene después de la anterior sacudida judicial a la SGAE relativa a la presunta apropiación de fondos de la entidad por parte de algunos de sus dirigentes. Pero todo ello no debiera hacer olvidar el quid de la cuestión. El problema no es (solo) el abuso de posición dominante o si en esa entidad alguien ha robado, el asunto realmente pertinente es la misma existencia de tal asociación. Ello no tiene que ver con el legítimo derecho de los creadores a cobrar por su trabajo sino con cuestiones fundamentales relativas a la institución de la democracia representativa.

Llevo años preguntándome cosas a las que no encuentro respuesta racional, ni siquiera legal:

¿Cómo es posible que una sociedad privada se arrogue el derecho a efectuar exacciones a particulares que, en el caso del resto de actividades, corresponde exclusivamente al Estado (sea éste el Gobierno federal, las administraciones de las nacionalidades y regiones, o las administraciones locales y provinciales)?

Los colegios profesionales, que son entidades de derecho público, tienen la facultad de decidir quién está facultado para el ejercicio de una profesión (no en todos los casos). Cuando España incorpore la legislación europea al respecto, ciertas afiliaciones obligatorias a colegios desaparecerán. En tales condiciones, ¿cómo podrá justificarse la existencia de semejante exclusividad aislada de ese contexto?

Otra pregunta:

¿Cómo es posible que esa suplantación del poder público a cargo de una entidad privada se ejerza en régimen de cuasi monopolio? Y más cuando el fruto de las exacciones económicas no revierte en el erario sino que se reparte entre los miembros de la sociedad.

Otra más:

¿Cómo se permite que tales exacciones forzosas se efectúen sin que exista vía administrativa alguna que permita el recurso? ¿Por qué no existe, al menos en apariencia, una vía contenciosa que permita actuar en contra apelando a la autoridad pública?

Las respuestas a estas preguntas, y a muchas otras que se derivan de ellas, tienen mal acomodo en lo que consideramos legalidad democrática en las democracias abiertas, por más que pueda aducirse la existencia de textos que serán legales pero no legítimos bajo tal perspectiva.

El motivo es que la SGAE es una entidad que halló su pleno encaje institucional bajo el estado franquista, que más que totalitario fue corporativo. La dictadura franquista «delegó» ciertas funciones sociales en entidades bien articuladas en el entramado del Estado español. Por ejemplo: la prestación del Servicio Social a cargo de las mujeres jóvenes, controlado por la Sección Femenina de la Falange (SF de la FET y de las JONS) sin cuyo cumplimiento una mujer no podía obtener el pasaporte o el carnet de conducir. O la gestión de los movimientos juveniles de educación en el tiempo libre, adjudicados en exclusiva al Frente de Juventudes falangista, que promovió más tarde la Organización Juvenil Española (OJE). Tal concesión significó la imposibilidad de reconocimiento oficial o legal de los boy scouts. En contrapartida, la oficina mundial scout negó siempre la incorporación a sus filas de la OJE, repetidas veces solicitada por los jóvenes falangistas (Hay que aclarar que la OJE es hoy una asociación juvenil desvinculada de toda organicidad política, totalmente honorable y de orientación dignamente patriótica).

El Frente de Juventudes gozaba asimismo del privilegio de impartir formación paramilitar, y la pertenencia ofrecía ventajas durante la prestación del servicio militar.  Hay que recordar que Falange y Frente de Juventudes no sólo realizaron funciones parapoliciales para la represión de la ciudadanía civil en los años 40 y en los primeros 50;en plena década de los 60, por ejemplo, el Frente de Juventudes podía actuar como una policía paralela en ambientes juveniles, entre otros. Yo mismo fui detenido en 1964 por un comando juvenil falangista con el apoyo de la Guardia de Franco.

El sindicato único gozaba también de potestades no sólo de encuadramiento sino de gestión de funciones públicas. Por citar sólo algunas, la gestión de residencias vacacionales para trabajadores o la concesión de permisos para que los artistas de variedades actuasen en público. Para que un artista de música ligera o grupo actuase legalmente en un escenario o sala de fiestas, era necesario que poseyese el carnet de afiliado al sindicato del espectáculo y que, al final de la actuación, firmase la hoja de declaración obligatoria a la SGAE de los temas interpretados, registrando en ella el número del carnet sindical obligatorio. Los inspectores de la SGAE que recogían la declaración solían ser personas adictas al régimen en general, que con ello se beneficiaban de un sueldo extra, generalmente veteranos de guerra en el ejército vencedor, falangistas o ex miembros de la División Azul; a menudo confidentes de la policía o colaboradores de los alcaldes de barrio en el control personal de los ciudadanos.

Llegamos así a recordar el verdadero origen de la legalidad en que se basa la actual existencia ademocrática de la SGAE: el estado corporativo franquista que importó a España semejantes prácticas de la Alemania nazi y la Italia fascista. No es como para enorgullecerse, pues, de las presentes obligatoriedades declaratorias y recaudatorias.

Hace tiempo, en un demoledor artículo publicado en La Vangurdia y titulado Sin decencia, el gran sociólogo Manuel Castells ponía de relieve la ilegitimidad de los procedimientos de la SGAE, a los que calificaba de iniquidades, y concluía así:

«Y, por tanto, se plantea el construir un régimen de propiedad intelectual adaptado a la cultura digital y regulado por una administración pública liberada de lobbies sin decencia».

(Imagen: carnet de miembro del sindicato del espectáculo, con los colores falangistas, de afiliación obligatoria en el estado dictatorial).

Si la enciendo salen ellos

Genial chiste de Forges que vi ayer en Facebook. Se ve un señor en la sala de estar, sentado en el sillón ante la tele, y ésta, apagada. Su esposa le dice: «Pero si está apagada». Y él responde: «Es que si la enciendo salen ellos». Sí, salen ellos por todas partes. Con Bankia y sin Bankia, con Espe, con Divar, con Soraya, con Gibraltar y con todo el desfile de espectros. No sé si a estas alturas alguien recordará que hubo un president de la Generalitat de Catalunya que se llamaba José Montilla, pero yo si recuerdo que este hombre fue ministro de Industria cuando se estableció el plan de la TDT (televisión digital terrestre) que sustituyó a la TV analógica, y que supuso la concesión de nuevos paquetes de canales que fueron a parar a diversos intereses privados. El resultado ha sido que la hegemonía de la televisión comercial está en manos de Antena 3 y Tele 5, que el espacio de la televisión pública es mínimo y que han accedido al campo audiovisual opciones de extrema derecha nacionalcatólica impensables en una democracia europea. Zapatero y Montilla acabaron de berlusconizar la televisión española, lo que no es de extrañar si recordamos que en sus inicios Berlusconi fue aupado por el partido socialista italiano.

Si la enciendo salen ellos. Los hijos y nietos de los vencedores en la guerra y administradores de la España dictatoral y subdesarrollada del franquismo. Aparecen enriquecidos, soberbios, haciendo gala del aplomo de quien se sabe o se cree dueño de la nación. Se dicen liberales pero no lo son, son generaciones formadas en  la gestión de los mecanismos del estado, dotados de las habilidades de la opacidad, expertos en el manejo de las estructuras anquilosadas y obsoletas del estado autoritario, en las que los bienes públicos son apropiados por los intereses privados. Vuelven a ostentar, como sus padres y abuelos, los símbolos nacionales también en propiedad, tachando de españoles mal nacidos a quienes no los reverencian hipócritamente, y exhibiendo impúdicamente una ideología reaccionaria cuyas raíces condujeron a España a la derrota entre las naciones y la decadencia y que hoy representan en Europa los que son a su vez herederos del poujadismo y el petainismo. Son una descarada fachada que «se cae a pedazos y muestra las viejas estructuras de la aristocracia dominante, compuesta de una conferencia episcopal retrógrada, un alto funcionariado incapaz de comprender el mundo, un empresariado dominante de vocación rentista y especulativa y  una clase política de formas y contenidos inquisitoriales, que atribuyen las culpas de todos los males al infiel nacionalista», según un retrato magistral que de ellos hace Xavier Díez en el diari El Punt-Avui.

Todo esto se me ocurría viendo cómo en el canal 13 el personal se explayaba con el apolillado tema de Gibraltar, bajo la batuta de Nieves Herrero, la gloriosa administradora de sangre y lágrimas en aquella aquelarresca noche de las niñas de Alcàsser en Antena 3. Los que se llenan la boca de improperios a los nacionalismos se exhibían así, acogidos a uno de los más odiosos tópicos del nacionalismo español franquista, antieuropeo y antidemocrático. Cuando fue gracias a Gibraltar que España pudo conocer el pluralismo religioso democrático, puesto que fue en esa ciudad donde se refugiaron los primeros disidentes del nacionalcatolicismo español perseguidos, como Juan Bautista Cabrera, pionero del protestantismo y primer obispo de la Iglesia Española Reformada Episcopal, cuyo 175 aniversario se celebra ahora.

Desde que no trabajo en la tele la veo muy poco. Porque si la enciendo salen ellos.

 

El país més solidari del món

«Sento l’honor de representar el país més solidari del món», ha dit el president Artur Mas, no només per la participació dels ciutadans a La Marató sinó també en la donació d’òrgans o de sang. «Quan es tracta d’implicar la gent en causes solidàries, aquest país és excel·lent», ha afegit Mas, que creu que «Catalunya pot convertir-se en l’abanderada d’un nou sistema de valors a l’Estat i al sud d’Europa», i que ‘La Marató’ n’és «un bon exemple».

El president de Catalunya té raó. El somni nacional català implica la visió de la pròpia nació com a un col.lectiu excel.lent, capaç d’exemplificar davant el món les virtuts de la democràcia moderna: llibertat, igualtat, fraternitat. El somni de l’excel.lencia nacional és transversal, des de, com a mínim, la Renaixença. Els burgesos catalans van bastir una revolució industrial i van voler que la prosperitat material es reflectís en la bellesa i l’art. Els proletaris que treballaven per a ells van somiar amb bastir un nou món sorgit d’una revolució mundial. Quan els catalans s’hi posen no ho fan per poc: Narcís Monturiol inventa el submarí, Ramon Mercader mata Trotski, els doctors Trueta i Broggi creen la moderna cirurgia de guerra, i així successivament. Però també són excel.lents en el rebre: Barcelona i Granollers són l’escenari primigeni de les grans matances de civils amb mitjans aeris, precedint Londres, Coventry, Dresde, Hiroshima i Nagasaki; la llengua catalana és, amb els seus 10 milions de parlants i amb una tradició literària de segles, l’únic idioma de la Unió Europea important que no té la protecció de cap estat.

Hi ha quelcom que lliga la voluntat de ser catalana i l’aspiració a l’excel.lència. Però aquesta aspiració té una altra cara: sovint s’ha manifestat com a estrategia de supervivencia. Derrotada la Catalunya republicana, exiliats els seus talents, abandonada pel món democràtic, la única manera de fer perviure la Catalunya somiada era seguir mostrant al món la seva excepcionalitat. És la corrent dels catalans universals, amb el discurs de Pau Casals davant l’Assemblea General de l’ONU com a episodi central. Potser d’aquí la cara fosca d’aquesta dimensió: la desesperada voluntat de supervivencia ha desembocat de vegades en l’obsessió neuròtica amb un desig de perfecció i, per contradictori que pugui semblar, però explicable per la frustració, la tendència a destruïr les coses excel.lents que els catalans són capaços de fer quan els deixen fer-ho, en nom d’aquest perfeccionisme malaltís.

Potser per això els articles dels periodistes esportius sobre el Barça i la sortida de Guardiola estan tan plens d’eufemismes sobre «l’entorn». Sembla una contenció (excessivament?) prudent per no donar llum a uns sectors amb una capacitat destructiva extraordinària. Estem a punt de passar del «culte» a Guardiola a, novament, el remor del que ell mateix anomena «les ametralladores». Personalment, crec que la marxa de l’entrenador es deu a la necessitat de preservar la seva salut, immers fins al coll com està en un ambient que a primera vista un percep com a malaltís. L’eclosió de la figura de Josep Guardiola és fruit, precisament, d’aquest ambient contradictori, extremat, en el qual ell s’imposa per apassionament, voluntat i serenitat (mai s’ha acabar d’explicar bé la importància que té el cas de l’acusació de dopatge per nandrolona, l’estat de corrupció del futbol italià, la resistència a obeïr dictats mafiosos, la venjança contra ell i la resiliència per acabar de resoldre la qüestió als tribunals). Veurem ben aviat com l’excel.lència que projecta la seva feina anirà sent enterbolida per tota mena de rumors fruit d’aquesta neurosi col.lectiva.

L’altre espai de Catalunya on es barreja l’excel.lència i la neurosi projectada és TV3. D’ella es pot dir allò que «el éxito sorprendió a la propia empresa». Fins la seva creació, l’aventura de la comunicació en català era un seguit d’insuficiències i entrebancs, amb un fil conductor: la gasiveria extrema i la curtedat de mires dels empresaris o sectors impulsors. L’etapa de Jordi Pujol com a empresari de El Correo Catalán va convertir un diari catalanista que va esdevenir popular i exitós als 70 en una desferra, igual que va passar amb Destino. Oriflama, primera i única revista juvenil catalana molt moderna, molt llegida i influent entre els joves, va ser ofegada en ser convertida en portaveu d’Unió Democràtica. La barreja de petulància i gasiveria va tornar a emergir amb El Observador. L’Avui, sorgit del que avui diriem crowfunding popular, va ser igualment apropiat per un sector del catalanisme que no responia a la transversalitat dels seus origens. L’èxit de TV3 va ser l’èxit de tot el país perquè les forces gasives no se la van poder apropiar, gràcies a una genial connexió entre uns professionals competents i lúcids i un públic que va saber demanar-li –i obtenir-ne– el que es demana a un mitjà de comunicació de masses i no al portaveu d’una capelleta. Només PSC i ICV van ser incapaces d’entendre-ho, i per aquest motiu, incapaces de gestionar-la quan van accedir al govern.

Les energies que es van deslliurar arran de la connexió de TV3 amb el seu públic han contribuït a canviar Catalunya i a fer-la progressar. A alliberar-se de l’esperit poruc, gasiu i manipulador d’unes classes dirigents còmodes en la conxorxa còmplice i del mateix esperit d’unes esquerres acostumades al dirigisme, el tacticisme i idèntica gasiveria (vicis exhibits a bastament en la gestio de Ràdio 4, COM Ràdio i TVE-Catalunya). La Marató és un dels exemples més excel.lents d’aquestes energies. Per això té raó Artur Mas en fer la declaració que ha fet. El mèrit és dels professionals de la CCMA i, en aquest moment, també dels qui no gosen encara posar-se-la per barret, empesos per, un cop més, la gasiveria i el sectarisme. L’interrogant és saber fins quan resistiran la temptació.

La Marató de primavera de 2012 és, per aquest motiu, un joc arriscat i un test, no només per als dirigents governamentals. Dedicar-la a la pobresa ha estat un tombant molt arriscat que posa en perill el blindatge de respecte del qual aquesta acció havia gaudit fins ara. En orientar La Marató vers el finançament de la recerca científica i la divulgació de la solidaritat envers les malalties, se la desmarcava dels espectacles de sentimentalisme i caritat mal entesa que semblaven inevitables en el cas d’aquests teletons. Era un cercle de protecció invisible que ningú gosava traspassar.

L’excepció d’aquesta Marató contra la pobresa posa en perill el model d’aquesta acció i contribueix a desfer la connexió esmentada. Perquè va en contra del consens implicit des de l’inici del projecte: defugir la contraposició entre solidaritat i caritat. Aquesta ruptura demostra una manca de perspectiva profunda, i ja ha obert una bretxa a crítiques ben intencionades sobre els drets socials que, malgrat tenir la raó lògica i política, obliden que l’esport de donar coces al govern al cul de la televisió pública només serveix per a afeblir-la. Però això encara no ho han entés els puristes, ideológics, lingüístics o nacionals, els qui encara que sembli que exigeixin l’excel.lència són en realitat partidaris del com pitjor millor, com sempre ha fet l’extremisme dogmàtic.

Som la nació més solidària del món. Però també la més frustrada pel que fa a la voluntat de ser i el que hem arribat a ser. Siguem solidaris, doncs, amb nosaltres mateixos i no alimentem la neurosi obsessiva que envolta les nostres aspiracions més nobles.

(Imatge: Pau Casals a l’ONU, amb el secretari general, U Thant).

Esta vez no tocaba

Ni rastro de reventadores, antisistema violentos y provocadores esta vez en la reunión del BCE en Barcelona. El secretario de estado de seguridad, Ignacio Ulloa, ha sacado pecho: «Cuando existe presión y control, los violentos no acuden». Felip Puig, conseller de interior, más, y sobradísimo: “Creo que con los Mossos hubiera sido suficiente». Hace cuatro días, según cierta manera de mirar, Barcelona era la Rosa de Fuego rediviva, y ahorita mismo, Disneyworld, gracias a que «la policia està al servei dels ciutadans», como cantaba, con toda la sorna del mundo, el bianamado Pi de la Serra. De modo que cabe preguntarse si el control y la amenaza de represión han sido la medicina que la situación necesitaba.

Pues un servidor no sabe qué pensar. Si en la ciudad estuviese radicado un movimiento violento, alimentado o no desde el exterior, se hubieran producido incidentes, ya que la experiencia histórica enseña que el control policial, por importante que sea, no frena este tipo de protestas si quienes las animan están decididos a llevarlas a cabo. Desde luego, el despliegue policial realizado tiene alto poder intimidatorio, pero las personas que componen este tipo de grupos en todo el mundo tienen el prurito de hacer sentir su presencia de un modo u otro, y en cambio aquí no ha habido ni el menor «salto». Si existe en Barcelona un movimiento de subversión violenta ha de ser muy peculiar.

Explicaré mi visión del asunto. Creo que en Barcelona ha existido un pequeño grupo de revuelta urbana, con algunos de sus elementos semiprofesionalizados, y otros deseosos de estarlo. El capitalismo produce lumpenproletariado, y en la sociedad compleja, éste adopta formas diversas. El lumpenproletariado «ideologizado» ha estado siempre vinculado a los movimientos sociales radicalizados, y la Barcelona de los 30 ofrece enseñanzas de manual en este sentido. Ciertos líderes ideológicos han buscado en este lumpen fuerza de choque, y a menudo la interacción entre unos y otros ha dado lugar a organizaciones fuertes, llámense CNT-FAI o patotas peronistas en Argentina.

Para que la violencia latente propugnada por el lumpen pueda hacerse efectiva es necesaria siempre la inducción y dirección ideológica. En Barcelona ha existido y existe cierto lumpen surgido de los restos del movimiento okupa, sus adherentes y las gentes vinculadas al negocio de los bares ilegales, entre ellos algunos extranjeros rebotados de ciudades menos permisivas. Ese subsector social se agrupó y consolidó gracias a la combinación de estulticia e ineficiencia de los ayuntamientos de izquierdas. No me cabe duda que agentes exteriores buscaron en él un peón que mover cuando les conviniese. No acierto a identificar tales agentes, pero Barcelona ha sido un éxito como ciudad demasiado brillante como para no interesar a quienes buscan proponer una alternativa mundial al sistema democrático sembrando mierda. No puedo identificarlos, pero baste decir que la caída del muro de Berlín dejó intactos los canales internacionales que antes se movían desde capitales centroeuropeas y norteafricanas desde los que se había trabajado intensamente en los años 70 y sus correspondientes provisiones de fondos.

Lo que me sorprendía en esa época, pues, no era que ese conglomerado estuviese activo, sino que la policía no fuese capaz de infiltrarlo. Una explicación podía ser una dejación de funciones de la Guardia Urbana, cuyo grupo musculado, formado por Ángel Abad bajo el mandato de Narcís Serra, tenía toda la cualificación para hacerlo, no en vano Ángel había sido un disciplinado militante comunista y muy motivado por el episodio de la extrema izquierda antidemocrática italiana. Otra explicación podía ser, simplemente, que los Mossos d’Esquadra, habiendo asimilado inquietantemente los peores modos y cultura de la Policía Nacional, fuesen incapaces de tener la finura suficiente como para realizar tal labor. Cierto es que esto segundo es un hecho y que, respecto a lo primero, baste decir que los vecinos de la Rambla piden que se instalen cámaras en la calle no para controlar a los chorizos sino a los urbanos que corren para otro lado cuando ven un trilero o un carterista.

Pero no había pensado en una tercera posibilidad. Que este sector estuviera adecuadamente infiltrado y manipulado, de modo que pudiera ser dócil a una gestión teledirigida. Por ejemplo, que se produjesen disturbios en las manifestaciones de trabajadores e indignados, con lo que se podía desprestigiar a estos movimientos y de paso encarcelar, a modo de escarmiento, a algunas personas. (Recuérdese que Barcelona es la ciudad del Caso Scala, y que la persona detenida el 1 de mayo es una dirigente de la CGT, sindicato libertario).

No es necesario que esa infiltración sea obra directa de la policía, y conste que soy partidario de que la policía infiltre esos grupos para neutralizarlos. En este tipo de cosas se juega siempre por carambola. Pero empieza a parecerme que tal infiltración se ha producido ya. Porque unas veces los grupos funcionan, y otras, como ahora, no. Un signo que, de corresponder a la realidad, denotaría mayor eficacia de la supuesta.

 

Algunes observacions sobre la diada de Sant Jordi

Per si no havia quedat prou clar, Sant Jordi és el dia del llibre, no de l’escriptor ni de l’editor. El president del gremi de llibreters ho ha dit ben clar: «Hem aconseguit dur la moda el bestseller a Sant Jordi». Sant Jordi és el dia que compren llibres els qui no compren llibres.

El Dia del Llibre ha esdevingut, amb els anys, un èxit descomunal. El preu és que els escriptors no comercials són gairebé invisibles, igual que les editorials petites. Totes les parades són gairbé iguals, totes amb gairebé els mateixos llibres. Però la diada fa efectiva la presencia del llibre a la societat com no passa a cap altre país.

El llibre i la lectura sempre estan en perill: ara, la manca de formació que es dóna a l’escola o a la universitat; ara, els aparells de lectura digital o internt; ara, la televisió. El cert és que mai hi havia hagut tanta gent alfabetitzada, mai s’havien comprat tants llibres i mai els havia comprat i llegit gent de classes socials tan diverses. Alguns encara tenen la Catalunya republicana com a la nació somiada, quan aleshores els lectors en català, i en castellà, eren una petitíssima minoria localitzada en una minúscula classe mitja i una minoritària avantguarda obrera. La Catalunya llegida és aquesta, la del nostre temps.

El fenòmen del llibre mediàtic és el que confirma l’èxit del llibre com a producte. Ja pots ser famós a la televisió, que no seràs algú fins que publiquis un llibre i el signis per Sant Jordi. I els escriptors no s’adonen d’aquesta prova del nou del seu èxit i hegemonia, i rondinejen –encara!– per la popularitat dels mediàtics.

Hi ha gent que es queixa que hi ha llibres que no es venen. Però és que hi ha llibres que no s’han de vendre. El fet que segons què escrit per segons qui tingués èxit seria una dada preocupant.

Els llibres d’autoajuda ocupen un lloc important a moltes parades. Per a mi és una dada positiva, vol dir que els maniàtics depressius de l’intel.lectualitat europea no tenen res a fer davant les necessitats i intuicions de la gent. Hi ha qui diu que estan mal escrits, es nota que no s’han posat a llegir més d’una novel.la signada per nom conegut.

No vaig veure ni una sola bandera del Barça ni moviment a l’entorn de cap llibre sobre aquest fet futbolístic. La derrota davant el Madrid i el reflex al Sant Jordi de 48 hores després fa pensar que hi ha alguna cosa de molt feble al cor del fenòmen de masses que anomenem barcelonisme.

Miro per sobre les parades dels partits: CDC, UDC, Reagrupament, SI, independentistes diversos, ICV, EUiA i PSC. A la dels ecosocialistes, el llibre de Nichi Vendola, en català i italia. A la dels socialistes, dos o tres llibres i dos fulletons de la fundació Rafael Campalans. I tot el mostrador ocupat per punts de llibre amb l’horripilant disseny d’urgència perpetrat per al darrer congrés del partit. Tot respirava una soledat eixuta i trista. Un dels llibres recull el pensament de José Antonio González Casanova, i està dedicat a l’enyorat Joan Ignasi Urenda; fa més punyent encara l’enyor.

L’endemà, l’Ara exhibeix la seva portada santjordienca feliç i optimista a l’edició digital. L’Avui dedica només un petit bocí amb una croniqueta titulada amb desgana. El seny és alegria i la rauxa, emprenyamenta paralitzant.

Sant Jordi, el dia que els catalans som feliços

Sant Jordi és el dia que els catalans som feliços. Per mi és el millor dia de l’any, amb les festes de Nadal, i ho deixo tot i surto a passejar amb la meva dona, a veure llibres i gent. Els llibres que hi ha me’ls sé de memòria i la gent també, però m’agrada caminar per Barcelona com si encara hi visqués, és a dir, sense adonar-me que entre l’ambició d’uns i la covardia d’altres, la meva ciutat és cada cop menys la ciutat de tots nosaltres. Però, què seria de Catalunya sense una capital com Barcelona? Doncs, el Rosselló, amb tots els respectes als rossellonencs i als catalans de «comarques» que veuen en el «centralisme barceloní» la mare de tots els greuges.

De manera que, Rambla de Catalunya avall, vaig anar trobant amics i companys d’aquells que, tot i haver treballat plegats, te’ls estimes. En Jaume Barberà, contentíssim de l’èxit del seu programa Singulars, signant el llibre que ha fet sobre els seus entrevistats, i al seu costat, en Lluís Caelles, que amb en Nicolàs Valle ha escrit un sobre el tsunami de Japó i la catàstrofe de Fukushima. En Jaume s’entreté dedicant el seu llibre als lectors i està convençut que l’èxit de Singulars es deu a que en la situació actual, la gent busca algú que els expliqui coms i perquès i els doni ànims.

Més avall arribo a la paradeta de El Jueves, amb el meu vell amic Oscar Nebreda al capdavant. Tot just veure’m, exclama: «¡Ostia, ya has salido de la cárcel! A mi, hoy me han soltao las monjas…». Amb una forta abraçada recordem els farts de riure que ens hem fet en l’època en que la gent reia amb tonteries. La fidelitat que El Jueves ha suscitat en el seu púbic és admirable. Si la gent és capaç de riure amb historietes i acudits és que encara anem bé. Hi ha qui diu que la manca de compromís polític de molts ciutadans es deu al programa Polònia, i jo vaig dir una vegada que em tocava representar TV3 davant un públic inquiet que el dia que veiéssin que la televisió només donava òpera, programes literaris i coses molt serioses és que havia arribat l’hora de sortir al carrer amb armes. A l’Òscar els seus lectors li demanen que els dibuixi un Jordi Culé, quan fa gairebé 20 anys que el ninotet no apareix a TV3; això vol dir que de moment estem salvats.

I finalment em trobo amb Rafael Nadal, autor de Quan èrem feliços i ex director d’El Periódico. L’èxit del seu llibre és rotund: el segon més venut entre els de ficció. I jo me’n alegro molt. En Rafa ha dirigit magníficament a la gent que ha tingut a les seves ordres al diari, i va plegar per no haver d’aguantar el que no podia aguantar i per no haver de fer el que li demanaven fer. S’ha reconvertit en autor d’èxit i en articulista original, aquella originalitat que consisteix en dir el que es pensa sense ajustar-se a les mesures preestablertes pels mandarins polítics, culturals o institucionals d’aquest signe, de l’altre o d’el de més enllà. Exactament el llit de Procust que està engegant cap a la misèria la premsa impresa. En Rafa està exultant i, per acabar de compondre l’estampa, apareix l’esposa del nostre enyorat mestre Josep Pernau. Sant Jordi és el dia que tot encaixa i que tots ens trobem plegats: és el Nadal de primavera.

Sant Jordi és el dia que els catalans sortim al carrer éssent allò que voldriem ser: nets, nobles, cultes, rics, lliures, desvetllats i feliços. Per un dia deixem les cabòries a banda i ens submergim en un jo col.lectiu que ens retorna el millor de nosaltres mateixos. De vegades em pregunto si, al llarg de la nostra història, els catalans hem assumit moltes més càrregues que les que un poble pot dur a sobre. No només la salvació de la llengua, la cultura i el país, sinó aparèixer davant el món com els més pulcres, eficients, educats, cultes, exquisits, solidaris, cívics i excel.lents. La nostra polaritat no és el seny i la rauxa, és el narcisisme i la depressió obsesiva. Així, prohibim les corrides de toros a les capitals i autoritzem els correbous meridionals; diem que el nostre model és Manhattan i ens delim per guanyar Eurovegas; demanem que TV3 sigui la perla més pulcra de la nació però ens fa por lluitar per la seva independència gubernamental.

I tot és molt més senzill: es tracta de ser com som, ser qui som i ser feliços. Com ahir, que no hi va haver crisi i es van vendre més llibres que mai mentre la gent passejava i somreia. Així de simple.

Fotografia: Rafael Nadal signant llibres. Foto de Marc Martí.

Yo estoy con los elefantes

Parecía un particular annus horribilis pero no se trata solamente de eso: la Casa Real española ha perdido el contacto con la realidad. No es la ciudadanía la que se aleja de ellos sino al revés. Ir a cazar elefantes a Botswana no sólo es inoportuno, es profundamente obsceno. Por la imagen de ociosidad y lujo innecesario, pero por lo poco que ello se compadece con la creciente sensibilidad de respeto a los animales que existe, más aún en el caso de los elefantes, crecientemente percibidos como gente sensible y prudente.

El accidente del hijo de la infanta Elena parecía el resultado de una pifia insuperable, pues no se lleva a un niño de 13 años a hacer prácticas de tiro. Porque no es legal, y el entorno real debe cuidar al máximo este tipo de formas, pero también porque la sensibilidad social actual no asocia la caza con un estilo distinguido a lo gentleman farmer inglés sino con lo que hemos visto en películas como La escopeta nacional o, peor aún, Los santos inocentes. El admirado Miguel Delibes argumenta magistralmente sus razones para cazar, pero una voz en mi interior que no puedo acallar me dice que dañar seres sintientes es inmoral. A un niño, por real que sea, se le enseña a implicarse en actividades culturales, de ocio creativo, y de respeto a la naturaleza, como los miles de niños españoles que hacen lo propio en las escuelas.

Aun y así, escribí un texto en Facebook en el que me oponía a la burla que se ha hecho de tal accidente. Lo reproduzco aquí:

«Me molesta, me escandaliza, me subleva, me repatea los hígados que el accidente del niño Froilán de pie al cotilleo de escarnecimiento de la familia real española. No soy monárquico y ni siquera juancarlista sino republicano, pero creo que existe una ética ciudadana precisamente republicana que marca límites que no se deben traspasar. Y es ética republicana creer que todo ser humano es hijo de sus actos y no de lo que sus ancestros representan. Los choteos y coñitas sobre el niño, la monarquía, la dinastía borbónica y los disparos de escopeta son sencillamente repugnantes y punto. Este niño no representa nada ni a nadie, le ha tocado nacer en una familia determinada como a cada uno de nosotros la nuestra. No tiene edad para ser símbolo de nada y debe ser objeto del respeto y consideración que deben merecer todos los niños. Pensar lo contrario es creer que en la revolución de Octubre fue lícito fusilar al zarevich con toda la familia Romanov.

El clima de desazón que vivimos en medio de la actual crisis y las consiguientes actuaciones irresponsables de gobernantes y poderosos está haciendo que surja de entre las clases populares una actitud profundamente inmoral, de la que ellos también deben hacerse responsables. Las inconscientes alusiones a la respuesta violenta, más o menos en broma, es una muestra. Convive todo ello con otro producto cultural de la izquierda, el pensamiento políticamente correcto que conduce a la sobreprotección de la infancia, y he ahí que los mismos círculos que se ríen con el tirito de marras pueden ser los mismos que hayan pedido la retirada de Shin Chan de las pantallas de televisión; creo que me explico.

Estamos regresando a cierta mentalidad española de los años 20 y 30, basada en el desprecio y la reacción agria. A ello ayuda un nuevo anticlericalismo que, por una parte, viene propiciado por las actitudes ultras de gran parte del episcopado español pero que no se justifica dada la nula influencia que el clero tiene hoy en nuestra sociedad. Pero a esa mentalidad española de los 30 le gusta el desplante y el exabrupto bocazas. Es una muestra de un populismo que suele pasar por izquierdismo pero es en realidad la herencia de un carácter incívico de la mentalidad populachera del 1808, vivan las caenas y que vuelva el rey felón. Pasado por una supuesta cultura obrera que es falsa porque los padres de los obreros siempre nos habían enseñado a ser educados, y no como los aristócratas o potentados, despreciativos y groseros. A todas luces nuestros padres fracasaron, pues hemos adoptado los peores modos de despecho y desprecio de los pudientes, y los hacemos pasar por crítica y protesta».

Lo del elefante es otra cosa. Antoni Gutiérrez-Rubí explica muy bien lo profundamente inoportuno que resulta ese suceso. Lo curioso es que en España no existe actualmente un estado de ánimo republicano que sea políticamente significativo. Pero el juancarlismo sentimental y práctico que hemos vivido se está disolviendo muy rápidamente. Los jóvenes ven en la monarquía como institución algo obsoleto, y ahora comenzarán a verla como algo perjudicial. No tendría que ser forzosamente así, pues olvidamos que los países donde se ha realizado más a fondo el estado del bienestar propuesto por el socialismo democrático han sido monarquías, como los países nórdicos, Holanda e incluso el Reino Unido, con un movimiento obrero y un partido socialista potentísimos. La juventud española, en todo caso, no es juancarlista ni por pragmatismo. Nadie se ha tomado la menor molestia de hacer que eso pudiera ser distinto, ni siquiera el príncipe Felipe.

Y encima, Juan Carlos es presidente de honor de World Wildlife Fund España.

Hace tiempo publiqué en mi antiguo blog un artículo sobre la verdadera naturaleza de los elefantes, que hoy es muy oportuno reproducir aquí.

Anoche soñé con elefantes, en lugar de soñar con la hipoteca, como todo el mundo. Me pasé el día pensando en ellos. Cada día me atraen más los animales y las plantas, pero ello no es fruto de mi mayor conocimiento de las personas. El problema de los movimientos animalistas es que llegan a hacerse antipáticos con esa actitud que décadas antes hallamos en el feminismo, más recientemente en ciertos sectores gay y, en el siglo XIX, en el movimiento obrero: el sectarismo dogmático. Pero los animales son los más débiles ahora, testigos mudos de una amenaza a la biodiversidad

¿Mudos, he dicho? Nada de eso. Los elefantes tienen un sistema de comunicación altamente desarrollado en el que intervienen todos sus sentidos, más una habilidad especial: comunicaciones enormemente eficaces y sofisticadas mediante sonidos de baja y alta frecuencia, nada menos que entre los 5 hz y los 9.000 Hz. Son capaces de emitir notas que abarcan ¡10 octavas! Los elefantes cantan, pues.

Son, en cualquier caso, los seres vivos con el cerebro más grande, con su proverbial memoria prodigiosa. Animales dotados de un intensísimo sentido social, ponen todas sus habilidades al servicio del grupo, cuya lealtad está por encima de la propia vida. Y ostentan verdaderos valores familiares como la solidaridad y compasión con los enfermos, los ancianos y los bebés, enternecedoramente mimados por toda la familia. Su eficaz sistema de comunicación está puesto al servicio no sólo de la supervivencia social y grupal sino de la socialización. Un elefante puede reconocer la voz ultrasónica de otro congénere hasta a 2,5 km de distancia, y puede detectar colegas a 10 km a la redonda y calcular la distancia a que se encuentran. Reconocen a los humanos y distinguen no sólo si son de uno u otro sexo sino si son peligrosos para ellos o no.

Cada vez estoy más convencido que nos aproximamos a un cambio de paradigma que no solamente será científico sino cognitivo. Hoy hablaba con mi profesor de antropología cultural, Albert Chillón, y le decía que más allá de la biosfera del planeta, lo que está en juego es su noosfera: la “atmósfera” de conocimiento, comunicación y conciencia que no nos viene dada sino que desarrollamos por nuestra voluntad y responsabilidad. Así, la ética adquiere una nueva dimensión: nuestros actos deben transformar la visión del mundo que tenemos, y esa visión hacerlo evolucionar en su conjunto. Un nuevo paradigma cognitivo para un mundo nuevo debe incluir necesariamente a los animales y a nuestra relación con ellos.

Pienso en los tiempos antiguos, en las visiones totémicas y las culturas chamánicas, y todo cobra nuevo sentido. Nuestra relación paternalista y proteccionista con los animales es simplemente la otra cara de nuestra actitud utilitarista y explotadora hacia ellos. Necesitamos tótems que nos enseñen a mirarnos en sus valores idealizados, necesitamos ir al encuentro de ese punto de sabiduría primigenia en el que la idea arquetípica que se halla tras su existencia nos inspire y guíe.

Joyce H. Poole, científica experta en animales y directora del proyecto Elephant Voices me sacudió ayer, cuando pensaba en estas cosas, desde una entrevista publicada en La Vanguardia. “Un elefante anciano recibe el respeto y la reverencia del grupo. Pero lo que me fascina de los elefantes es su soldiaridad, su compasión, su espíritu de equipo y de familia y su enternecedora fidelidad”, dice. ¿Estamos realmente en condiciones de infravalorar estas cualidades encarnadas en seres vivos, desde nuestra pretendida superioridad cognitiva e incluso metafísica?

Los elefantes son buena gente, “ojalá todos fuéramos como ellos”. Quizás disfrutaríamos realmente, pues “en la boda (de una pareja de elefantes) participa toda la familia (pues) las grandes elefantas matriarcas dirigen la manada familiar (…) hacia los sementales (y) cuando al fin se produce la unión con el dominante, la cortejada emite un ultrasonido específico que puede captarse hasta en 10 kilómetros a la redonda. Y entonces se monta lo que los zoólogos denominamos pandemónium de elefantes. (…) ¡Vaya juerga! Acuden elefantes de varias familias. Se baila, se canta, se tocan… ¿Puedo ser más específica? Pues se practican curiosísimos juegos de excitación mutua y con semen y tierra que suelen acabar en duchas colectivas. ¿Sigo?” La doctora Poole ha tenido, pues, el privilegio de ver el baile de los elefantes, durante años considerado una simple leyenda. Los elefantes cantan, bailan, aman y son buena gente. Pediré el elefante como totem.

Antes de leer la interresantísima información de Elephant Voices, leer esta introducción: Los elefantes no necesitan teléfono.

El gran Rudyard Kipling puso al elefante en uno de los sitios de honor de su Libro de las tierras vírgenes: el poderoso y leal Hathi. Pero también escribió un maravilloso cuento sobre el baile de los elefantes: Toomai el de los elefantes.

La idea de ilustrar este post con la imagen de Babar, el rey elefante, me la ha dado mi amigo Bienve Moya en su Facebook.

El miedo y la fobia como manera de gobernar

El conseller Felip Puig queda en evidencia en el análisis que hace Àngels Martínez Castells del uso que hacen las fuerzas reaccionarias del amedrentamiento: El binomio anticívico está formado por la retórica populista de la fobia que pretende dividir a la comunidad generando hostilidad y antagonismo para provocar la confrontación polarizada entre “nosotros y ellos” en tanto que la retórica del amedrentamiento “genera una espiral del silencio que permite desmovilizar, inhibir y acallar a todos por igual, imponiéndoles una estricta disciplina simbólica capaz de dominarlos moralmente. Y todo ello con objeto de obtener de buen grado su conformista consentimiento por unanimidad”. Vale la pena leerlo entero.

Europeus, Europa!

Amb aquest títol editorialitza Jaume Reixach, director d’El Triangle, amb uns arguments que ens hauriem d’aprendre de memòria: «La solució és Europa, és més Europa. Els països que conformem la Unió Europea sumem 500 milions d’habitants, el doble que els Estats Units i poc menys de la meitat que la Xina. Som, per tant, el bloc geopolític més ric i poderós del planeta. Què ens passa? Senzillament, no ens ho creiem i cada estat membre funciona amb la seva òptica particular.

Aquesta és la nostra gran feblesa estructural. La Unió Europea és molt més important i tenim un PIB més gran que el dels Estats Units, però en canvi tremolem com una fulla cada cop que Moody’s, Fitch o Standard & Poors (agències de notació nord-americanes) baden boca. A la Unió Europea tenim mitjans de comunicació molt potents i de referència -com Frankfurter Allgemeine, La Repubblica, Le Monde o El País-, però en canvi fem més cas del The Wall Street Journal o del Financial Times, els diaris econòmics anglosaxons, a l’hora d’avaluar la situació del Vell Continent»

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DR. GABRIEL JARABA
Doctor en Ciencias de la Comunicación y Periodismo.

Soy un periodista senior en ejercicio desde 1967, con experiencia en prensa, radio, televisión e internet. Me dedico a tareas académicas y de activismo social como Doctor en Ciencias de la Comunicación y Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona. Actualmente sirvo como profesor en esa Universidad; en la Cátedra Internacional UNESCO Unaoc UniTwin de Alfabetización Mediática y Diálogo Intercultural, la Cátedra UNESCO de MIL para el Periodismo de Calidad, la Cátedra RTVE-UAB para la Innovación de los Informativos en la Sociedad Digital y en el Gabinete de Comunicación y Educación de la UAB.

Soy analista de la información y los medios en la Fundació Periodisme Plural y escribo en el diario Catalunya Plural. Hago investigación en comunicación, en redes sociales de internet y en humanidades digitales. Elaboro métodos de impulso de la creatividad y de gestión mental.

Autor de los libros Periodismo en Internet (Ed. Robinbook); Twitter para periodistas (Ed. UOC); Youtuber (Ed. Redbook) y ¡Hazlo con tu smartphone! (Ed. Redbook) y coautor de otras obras sobre comunicación y educación.

Como ciudadano promuevo el apoyo a Naciones Unidas en la perspectiva de Una Sola Humanidad, como colaborador de la ONG internacional World Goodwill – Buena Voluntad Mundial.  Soy miembro de la European Transpersonal Association y del Institut de Psicologia Transpersonal de Barcelona. Propongo un universalismo inclusivo basado en el humanismo y desde el catolicismo que ejemplifica el papa Francisco, y soy feligrés de la parroquia de Santa Anna.

Entre los 50 mejores blogs periodísticos

GABRIEL JARABA BLOG ha sido incluido en la relación de 50 blogs para periodistas sobre periodismo en español, publicada por eCuaderno.

Analista de la información y los medios en:

AL RANQUING DE PERIODISTES I COMUNICADORS CATALANS CURAT PER SAÜL GORDILLO

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SOY PROFESOR E INVESTIGADOR EN:

CATEDRA UNESCO DE MIL Y PERIODISMO DE CALIDAD

GABINETE DE COMUNICACIÓN Y EDUCACIÓN UAB

Profesor e investigador

UNIVERSITAT AUTÒNOMA DE BARCELONA

MASTER EN COMUNICACIÓN Y EDUCACIÓN

MENTOR

CERTIFICACIÓN PROFESIONAL EUROPEA EN PSICOTERAPIA Y PSICOLOGIA TRANSPERSONAL

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