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Televisión

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Este verano estoy en Funiversity, primer campus internacional de comunicación, educación y periodismo

El próximo julio, del 8 al 12, llevaremos a cabo en la Universidad Autónoma de Barcelona una experiencia innovadora: Funiversity, palabra que resulta de la unión de»fun» (divertido) y «university» y que alude al intento de avanzar hacia una enseñanza superior que implique más a alumnos y docentes en un aprendizaje estimulante, motivador y aprovechado de manera excelente. Desde que se creó la universidad en Bolonia en tiempos del medioevo el concepto de docencia universitaria no ha variado prácticamente, mientras que la cultura a la que pertenece el hecho universitario ha sufrido varias revoluciones. Cuando hablamos de innovar en educación hemos de incluir también a la universidad en ese empeño.

Funiversity es  el primer campus internacional que une la comunicación y el periodismo para aprender de manera divertida y reúne a alumnos, profesores e investigadores de todas partes del mundo. La propuesta esredefinir la educación, repensar la universidad, los exámenes, el aula, el rol del docente y del discente. El objetivo es convertir, durante una semana, un campus universitario en una experiencia divertida. Para esto, se ha creado un programa integrado por cuatro “espacios”: diálogos, senado, talleres y actividades especiales.

Tengo el privilegio de ser uno de los profesores que participarán en esta primera Funiversity, al lado de personajes de la talla de Salvador «Pocho» Ottobre, José Manuel Pérez Tornero, Santiago Giraldo, Ricardo Carniel, Sally Tayie, José María Perceval, José Ygoa, Cristina Pulido, Xavier Ortuño, Marta Portalés,  David Revelles, Jesús Martínez, David Rull, Laura Cervi, Emiliano Iglesia y Jordi Serrallonga, bajo la dirección de Santiago Tejedor y Lluís Pastor.

Trataré de aportar no sólo mi experiencia en competencias comunicacionales sino lo que pueda sobre mi capacidad de romper esquemas, proponer nuevos entornos de aprendizaje, pensar de modo diferente e introducir elementos distorsionadores de las rutinas y los hábitos. Y ello será para mí no sólo una oportunidad para enseñar y aprender a la vez sino para recargar pilas después de una experiencia de vida que ha resultado ser contundente y aleccionadora.

Lo que haremos:

Ver el programa de actividades: diálogos, debates, talleres, tormentas de ideas y safaris.

El motivo:

En España, uno de cada tres alumnos se aburre en la escuela y abandona los estudios.

Información completa e inscripciones:

Campus Funiversity

Para saber más sobre nuestra filosofía:

El libro Funiversity, los medios de comunicación cambian la universidad, por Lluís Pastor

 

 

Rosa María Mateo, un puñetazo contra el inmovilismo suicida de la televisión

El día que Rosa María Mateo, administradora única provisional de RTVE dio un puñetazo verbal sobre la mesa en su comparecencia ante la comisión de control del ente público (verbal pero puñetazo al fin y al cabo) todos los profesionales que hemos trabajado en la televisión nos sentimos, perdonen por la expresión, vengados. La periodista Mateo vino a decir lo que dijo una vez el presidente de la primera república, Estanislao Figueres, “estoy hasta los cojones de todos nosotros” pero con mejores modos y en segunda persona del plural. Y al decirlo resumió con claridad meridiana el principio y el fin de todas las políticas públicas de comunicación relativas a la televisión y la radio que son capaces de concebir los políticos de las Españas, y digamos de paso, de las Catalunyas.

Mateo describió el punto en que confluyen esas políticas en un momento de su intervención que recoge un vídeo muy difundido, y que reproduzco aquí:

“Yo vengo aquí a decir la verdad, y cuando digo la verdad, es la verdad. Y cuando digo que soy independiente, soy independiente y nadie me ha de dar órdenes. Nadie, porque no se lo consiento. Yo creo que a todos ustedes, y ya me perdonarán, les importa muy poco la televisión pública, sólo les importa cuando la pueden controlar. Y eso es intolerable, esto ha pasado desde que yo entré el año 66, con el dictador aún vivo y entonces lo que había era censura. Y después ha habido manipulación. Los trabajadores de TVE estamos un poco cansados de todos los políticos. Ustedes me han dicho, señores del Partido Popular, que yo he entrado en esta cámara por un golpe de dedo. He de decirles que el golpe de dedo fue el señor Sánchez al que sólo han votado ustedes. No me ha llamado por teléfono Podemos, no soy podemita, no soy socialista, no soy nada, soy una ciudadana que tiene unas creencias determinadas, y sobre todo una ciudadana que cree en la libertad de los seres humanos”.

No me dirán que no se quedó descansada.

El derecho democrático a la información está en juego

La batalla por unos medios de comunicación públicos que sirvan al interés de los ciudadanos y su derecho democrático a recibir y emitir información veraz y fiable no puede ser un rifirrafe más en comisión parlamentaria. A estas alturas, la necesidad de ese servicio es, no ya evidente, sino escandalosamente urgente en un país en el que la prensa se ha convertido en su totalidad en prensa de partido, como en el siglo XIX y los inicios del XX, aunque con la particularidad de no declararse como tal, para mayor escarnio público. Por eso es imperativo que los medios públicos cumplan con su obligación fundacional y constitucional de ser garantes de los derechos cívicos relativos a la información. Mateo es consciente de tales necesidades y obligaciones y se pone al frente de la tarea en tanto que, oh rareza, profesional de TVE nombrada para ello.

Obsesionados con el control político de la radiotelevisión pública, los políticos, todos ellos sin excepción, han perdido de vista no sólo la complejidad de su situación sino la gravedad del caso. Confían tanto en el enorme poder de la estructura y audiencia de RTVE que la creen a salvo del extraordinario tsunami comunicacional que estamos viviendo sin casi darnos cuenta. Porque no nos encontramos ante una crisis de la prensa impresa o la dificultad de afrontar las fake news o pseudonoticias engañosas. Nos hallamos ante el inicio del trastocamiento completo de la comunicación en todo el mundo y de la mutación completa de la estructura informativa global y sus relaciones con la sociedad, en la medida que es la propia democracia la que se va a conmover hasta sus cimientos.

Los destinatarios del rapapolvo de Rosa María Mateo están mentalmente en los años 80 y 90, a excepción de que las licencias para las cadenas privadas ya han sido repartidas, con lo que todo el pescado está vendido y sólo queda amarrar al pez gordo del sector público. Tanto se ha retrocedido en este sentido que incluso nos hemos acostumbrado a creer que la televisión privada está exenta de obligaciones públicas, cuando existe una diferencia harto sensible entre las condiciones en que las televisiones privadas desarrollan su negocio y aquellas en las que lo llevan a cabo los periódicos editados por particulares.

Esa diferencia es muy concreta y singular: los diarios privados son impresos en papel adquirido por las empresas y distribuidos por medios que ellas pagan; las radios y televisiones privadas emiten, en cambio, gracias a la utilización del espacio radioeléctrico, que es un bien público, en absoluto privado y no privatizable, sino usado bajo concesión; sus ondas salen al aire después de que las empresas han obtenido la licencia del Estado para utilizar el espacio radioeléctrico público, es decir que consiguen ganancias que van a bolsillos privados por emplear un bien público que es de todos, un espacio que debe ser necesariamente administrado y regulado mediante normas de interés público y su cumplimiento legal. Y esto conlleva obligaciones referentes al derecho público a la información. Busquen ustedes signos de preocupación al respecto en los organismos parlamentarios por lo que hacen la COPE o La Sexta y átenme ustedes esa mosca por el rabo.

Sin embargo, he aquí que la gestión de la televisión por parte de los últimos gobiernos de España, tanto de derecha como de izquierda, ha conducido a un duopolio de facto en el sector privado ante lo cual no hay voz pública que rechiste, y ha mantenido a la radiotelevisión pública constreñida a un modelo de gestión estatalista y dirigista. Ese modelo es tan regresivo que ni siquiera ha evolucionado –por decirlo de algún modo— hacia el modelo italiano de los 80, la “lottizacione” o reparto de la programación de emisoras y canales entre las diferentes fuerzas parlamentarias. A observar que ese es el último estadio del recorrido de la Corporació Catalana de Ràdio i Televisió, a la que se traslada automáticamente el estado de la relación de fuerzas entre las formaciones independentistas gobernantes (en la Cataluña de los 90 se consideraba que la “lottizacione” era el medio más eficaz para taponar cualquier vía de salida para la ventilación pluralista de la RTV pública, y ahora todos lo aceptan como un sino ineluctable más).

El dinosaurio no siempre estará allí

Lo que está en juego respecto a la televisión en España no es ya dirimir el modo de controlar la televisión pública y de seguir el recorrido de la televisión privada para que no se produzcan trapacerías financieras; no es un problema de cuotas de influencia de partidos y su reflejo en el consejo de administración y la comisión de control parlamentario, por parte pública, ni del número y alcance de las licencias de las cadenas privadas y la composición de su propiedad. El asunto es algo que no se huelen ni políticos ni comentaristas de la actualidad política, y es lo que trato de explicar a continuación, que está motivado por la naturaleza del presente tsunami comunicacional que va mucho más allá de cualquier crisis de medios y que afecta la civilización entera.

¿Y si un día, al despertar, el dinosaurio ya no estuviera allí? ¿Y si hubiera desaparecido esa televisión hasta el momento omnipresente, omniabarcante y poco menos que omnipotente? Se cuestiona el futuro de la prensa impresa, se teme por la posible desaparición de los periódicos, se especula sobre las sorprendentes formas que puede adoptar la información en internet y sin embargo no se contempla que la televisión pueda sufrir una mutación de una envergadura no menor. En cambio,  muchos sospechamos que la televisión generalista que hemos conocido hasta ahora se verá abocada, más pronto que tarde, a unas transformaciones tan profundas que podrían someterla a riesgos semejantes a los que afronta ahora la prensa diaria.

Lo ha dicho Richard Sambrook, profesor de Periodismo de la Universidad de Cardiff (País de Gales: “Existe el riesgo de que el periodismo televisivo sufra el mismo declive que la prensa escrita”. Es todo un modelo comunicacional coherente el que está hoy en cuestión y no sólo una parte de él; no es que la red amenace ahora a la prensa como antes pareció hacerlo la televisión; es que existe una transformación profunda de hábitos, preferencias y modos de relacionarse con la comunicación que alcanza también a la televisión generalista. El actual auge de las series de ficción no sólo ha suplantado a las superproducciones de Hollywood a causa del inmovilismo del sector de la gran cinematografía sino que es el heraldo de un nuevo tipo de audiovisual cuya naturaleza desconocemos pero en el cual va a ser muy difícil que sobreviva la televisión informativa a la que estamos habituados y en la que se centran las tensiones a cara de perro en las comisiones de control parlamentario. En los años 80 parecía que el futuro de una tele en libertad pasaba por la creación de cadenas informativas especializadas como la CNN; hoy día esta forma parte del gigante comunicacional Time Warner-AOL y Euronews es un espectro irrelevante. El pastel que se disputan los sabuesos puede convertirse en un triste lacasito a poco que nos descuidemos, desplazado el objeto de atención de las pantallas hacia otros parámetros.

Rosa María Mateo se enfrenta en realidad a algo muy gordo: alejar RTVE de la obsolescencia. Ese va a ser su principal cometido, y con ella, el del nuevo Consejo de Administración del ente que surja del resultado del concurso que se está llevando a cabo al efecto. El mismo concurso es ya un esperanzador signo de renovación, pues reclama a una parte de los participantes no sólo experiencia profesional en la comunicación sino un plan concreto y detallado de su propuesta estratégica para la renovación y evolución de RTVE. El problema no es el control de las fuerzas políticas parlamentarias, la cuestión es salvar la televisión pública de la irrelevancia en medio de la alianza entre los públicos que reclaman formas de entretenimiento coherentes con la autocomunicación de masas y su consiguiente narcisismo y las empresas privadas que usan bienes públicos para amasar pan para hoy y hambre para mañana. Porque esta televisión que vemos hoy no existirá dentro de diez años.

Publicación original: Catalunya Plural

Entrevista en inglés sobre youtubers, jóvenes y comunicación

He conseguido recuperar el vídeo de la entrevista que me hicieron el 8 de febrero de 2016 en El Punt Avui TV, cadena de televisión que emite en catalán y vinculada al diario del mismo nombre. La entrevista, sin embargo, se realizó en inglés al ser emitida en el programa Going Native, un programa producido en esa lengua que presenta el británico Neil Stokes.

La entrevista salió dentro de la campaña de promoción de mi libro YouTuber, pero fue mucho más que un clip sobre la obra. Neil me dio la oportunidad de hablar sobre comunicación, jóvenes, la construcción de la identidad de los adolescentes mediante la comunicación, el concepto de lo sociotécnico y las actitudes correctas de los padres preocupados por el uso de la autocomunicación de masas que hacen sus hijos.

Os invito a recuperarla también y echarle un vistazo, con el ruego de que seáis benevolentes conmigo ya que nunca he puesto los pies en una clase de lengua inglesa ni de ninguna otra (y hablo seis).

Gabriel Jaraba in Going Native, with Neil Stokes, 30′.

 

Unas intervenciones sobre el futuro de la televisión informativa y de la prensa

Estos últimos dias he tenido bastante actividad en medios digitales y redes, muy estimulante. Publiqué un artículo sobre la innovación en los informativos de televisión en la web de OI2, Observatorio para la Innovación de los Informativos en la Sociedad Digital, en el que trataba de llamar la atención de que no sólo la prensa impresa corre el riesgo de resultar obsoleta ante los cambios actuales en la comunicación sino que lo mismo podía suceder con la televisión informativa:

Diez preguntas para tratar de ver más claro el cambio posible y necesario en la televisión informativa

Mis preguntas surgen a partir de esta constatación:

«Las transformaciones que la televisión como medio debe afrontar son probablemente más ingentes que lo que parecen a primera vista. En principio se suponía que debía actuar en consecuencia a un cambio profundo en la determinación tecnológica: la revolución digital. Pero ahora podemos ver que de lo que se trata es de la irrupción de una cultura digital, entera y en toda la regla. Una cultura –un salto cultural transformador, como la invención de la imprenta y el surgimiento del libro moderno—hace mucho más que reclamar una adaptación técnica de los modos de expresión de la cultura anterior. ¿Cuáles son las nuevas determinaciones/posibilidades que la cultura digital presenta a la televisión? ¿Cuáles de ellas son posibilidades tecnológicas y cuáles oportunidades sociales?En su conjunto, ¿qué panorama dibujan en cuanto a expansión, diversificación e impacto en el terreno comunicacional, informativo, cultural y social?».

Esta pieza tenía como propósito animar un poco el cotarro ante la celebración, el 21, 22 y 23 de febrero en Madrid de las Jornadas OI2 del mencionado observatorio. Se trata de la tercera edición de esta iniciativa de RTVE, la UAB y la universidad CEU-San Pablo, en cuya segunda entrega, en 2016, tuve el placer de participar. Y parece ser que lo animó, puesto que circuló bastante por Twitter entre las personas más próximas al espíritu de las Jornadas OI2. Mientras tanto, yo temía haber exagerado en cuanto a mis apreciaciones críticas, pero un ulterior artículo de un profesor de la universidad de Cardiff vino a decir lo mismo que yo; lo aproveché para remachar el clavo desde la web del Gabinete de Comunicación y Educación:

Cuidado con el dinosaurio

Aprovecho para señalar allí la pertinencia de las preguntas que antes formulé:

«Si no somos nosotros quienes nos hacemos las preguntas pertinentes sobre la salud y el futuro de los medios de comunicación no lo hará nadie. ¿Quiénes somos nosotros? Pues los profesionales de la comunicación, los usuarios de los medios, los educadores, los padres y familiares de los educandos y los entornos sociales, profesionales, académicos y familiares en los que vivimos. A todos nos interesa una información de calidad, al servicio de los ciudadanos y no de las empresas, de los intereses financieros y las estrategias políticas. A las empresas informativas también debería interesarles ese debate, puesto que está en juego el futuro inmediato de sus negocios. Sin embargo, aunque el dinero suela ser una poderosa razón motivadora, no parece que la empresa periodística esté dispuesta a asomar la cabecita en los lugares donde se reflexiona cada vez más a fondo sobre este asunto que nos concierne a todos pero especialmente a ellos».

En esta línea de aproximación crítica al futuro de los medios de masas, la fundación l’Alternativa, vinculada a Esquerra Unida i Alternativa me pide un artículo sobre el cierre de la revista Interviu, lo que aprovecho para situar esa circunstancia en un panorama más amplio y en perspectiva diacrónica: un esbozo de las transformaciones de la prensa española desde la muerte de Franco hasta la actualidad y un toque de alerta ante el inmovilismo de los medios que es fruto del inmovilismo de la sociedad entera:

«El inmovilismo político y social de la sociedad española actual ha marcado el fin de la prensa dinámica de la Transición, y será la tumba de la prensa impresa actual. Aparecerán nuevas publicaciones, muy probablemente multiplataforma, que combinarán el papel y el digital. Ello será obligado por la necesidad que una sociedad democrática tiene de disponer de medios de información, y porque los ecosistemas sociales generan las estructuras informativas que son coherentes con ellos. Lo que cuesta més de vislumbrar en esta perspectiva es el surgimiento de nuevos empresarios de comunicación, motivados por publicar productos innovadores, ilusionados por la labor periodística y erigidos en verdaderos emprendedores en lugar de gestores administrativos que combinan las artes del jefe de personal y las del ‘broker’ financiero. Lo que antes se llamaba empresarios de prensa, personajes hoy desaparecidos que compartía con los periodistas la fascinación por hacer posible la información periódica orientada a explicar lo que pasa a los interesados en saberlo.
Hoy no queda ningún empresario de prensa digno de tal nombre, solamente administradores de deudas que sueñan en cómo se podrían hacer periódicos sin periodistas. Porque estos no-empresarios no sólo desconfían de sus periodistas sino que los odian profundamente y sólo quieren quitárselos de encima. Esto es lo que mata a la prensa y no las redes i esto es lo que ha matado a «Interviu y matará a más publicaciones no en los próximos años sino en los próximos meses».
La desaparició d’Interviu i el «zombie wak de la premsa espanyola
El artículo ha sido reproducido por el blog periodístico PAIOS, que tiene una gran repercusión en los ambientes profesionales de la comunicación en Cataluña.

 

 

La innovación en los informativos de televisión

oi2-rtve

 

A finales de 2016 comencé a colaborar con el Observatorio para la Innovación de los Informativos en la Sociedad Digiral OI2, una iniciativa conjunta de Radiotelevisión Española, la Universidad Autónoma de Barcelona y CEU Universidad San Pablo, con una ponencia en las jornadas que este organismo celebró en el Rectorado de la UAB.

El objetivo de OI2 es  dar visibilidad a las últimas tendencias en el ámbito de los informativos y la televisión y mostrar cómo estas iniciativas son desarrolladas de una manera sostenible, con modelos de negocio acordes a la economía de hoy.

Ahora publico en su web una aportación al tema reflexionada y estructurada sobre las oportunidades y riesgos en la innovación en los informativos de televisión, que resume mi punto de vista sobre este asunto.

Más abajo se encuentra el enlace al texto completo del trabajo, y aquí extraigo y resumo algunos de los párrafos que me parecen más significativos.

  • Si la prensa impresa se enfrenta a su propia supervivencia como medio que se expresa en un soporte de papel, en el caso de la televisión el reto no es menor: cómo va a transformarse y subsistir en un universo multiplataforma en el que no solamente se va a luchar por porciones de audiencia y cuota cada vez más pequeñas sino por la propia relevancia de la televisión informativa. Este es el alcance de la partida en juego: innovación para operar en la centralidad comunicacional u obsolescencia a través de la irrelevancia.
  • Lo que ha de marcar la diferencia no es la adoración a los gadgets sino los contenidos y su relevancia en términos de centros de interés real para públicos realmente existentes. No se trata de lo más impactante, más moderno o vistoso, se trata de lo que realmente interesa a la gente real y concreta.
  • El interés lo suscitan los contenidos y la capacidad de proponerlos mediante lenguajes capaces de comunicar y de mediaciones capaces de sintonizar lo necesario con lo oportuno.
  • La tarea de buscar, hallar y servir contenidos de interés en la televisión informativa del siglo XXI corresponde a los periodistas. Asistidos por expertos en guión, creadores de narrativas transmedia, operadores de cámara, realizadores, editores. Que deben hacer lo que saben hacer: ir a donde está la gente, enterarse de lo que le pasa a la gente y contárselo a la gente. Otros profesionales podrán ayudarles en la tarea, incluso enseñarles a actualizarse, pero no sustituirles. Hace demasiado tiempo que las empresas informativas sueñan con poder hacer periodismo sin periodistas y los resultados están a la vista de todos con sólo asomarse a los quioscos.
  • La televisión no  puede contentarse con pseudonoticias sino que tiene que ofrecer imágenes vivas de cosas que están pasando ahora mismo en la vida. Esa es su ventaja sobre los otros medios.
  • La regla de oro de la comunicación: ¿qué le interesa a la gente? Lo que hace la otra gente. La tecnología no es interesante por sí misma; a nadie se le ha visto extasiado ante una lavadora o un frigorífico de última generación en la sexta planta de El Corte Inglés. La tecnología que nos interesa es la que nos pone en contacto con otros seres humanos, con realidades humanas. No son las maquinitas ni las pantallitas lo que centra el interés, lo son las personas. La tecnología que nos llama la atención es la tecnología de la comunicación que permite poner en contacto entre sí a los seres humanos, a sus mentes y a lo que dimana de sus vidas. La cosa no va de chips sino de neuronas.
  • La tecnología no aísla a las personas sino que las vincula más estrechamente entre sí. El aislamiento surge cuando se hace un mal uso de la tecnología de la comunicación utilizándola para fines distintos al de comunicar. A mayor potencial y complejidad de la tecnología comunicativa mayor potencial y complejidad de comunicación humana. Y por tanto mayor complejidad y poder de las situaciones humanas en que desemboca el uso de la tecnología. Las tecnologías no son nada sin las decisiones humanas que las animan e implementan.
  • No se trata solamente de implementar unas nuevas rutinas de producción sino de construir un ecosistema entero de producción y difusión de información que engloba tanto a la redacción como a las propias realidades sociales en las que se introducen sus periodistas y a sus protagonistas, tanto como objeto de información como en tanto que público. Un nuevo ecosistema semejante trastoca las relaciones verticales de asignación de coberturas y de supervisión de contenidos. Hace replantearse el papel de los periodistas no sólo como agentes de captación de información sino como dinamizadores del ecosistema del cual han de surgir los productos informativos.
  • La televisión deberá hallar de una vez el modo de hacer lo que en su día consiguió la radio en directo mediante las líneas telefónicas abiertas: vincular estrechamente emisores y receptores en torno a la construcción de una narración informativa viva que se desarrolla sobre la marcha y cuya tensión en directo configura los lenguajes, los formatos y las orientaciones de los programas.
  • La suma de tecnologías móviles, redes sociales y ecosistemas informativos amplios, dinámicos e inclusivos conducen a la televisión hacia una nueva dimensión: convertirse en un medio total. Si internet se presenta bajo la vocación de convertirse en la plataforma centralizadora del consumo de información, entretenimiento y formación, la televisión puede devenir el eje articulador de los contenidos audiovisuales y las interacciones correspondientes que se puedan dar en esa plataforma global. Una nueva televisión informativa integral, dinámica e interactiva, solamente se puede dar en el seno de esa plataforma global que, de momento, aún está demasiado fragmentada. Es la fuerza de la televisión la que le puede ayudar a dar el salto definitivo en esa dirección. Hay muchas pantallitas en ese ámbito pero el poder de la pantalla televisiva sigue ejerciendo un rol de polarización nada desdeñable. La televisión crea tendencias, lidera inclinaciones, propone modelos y acaba por establecer elementos hegemónicos en la comunicación y en la vida social. Ese patrimonio no debe ser echado por la borda sino puesto a liderar la dinámica multipantalla de la comunicación integral y a hacerlo mediante la apertura al diálogo y la interacción con el público.
  • En esa concepción de la información total en una sociedad abierta no hay lugar para esconderse. No se pueden disimular las agendas ocultas, que serán fuertemente cuestionadas por las realidades sociales que el público venga a poner de relieve; no se pueden encubrir las dinámicas autoritarias, que quedarán cuestionadas por las necesidades impuestas por una producción ágil y rápida; no pueden quedar impunes los tratamientos superficiales y oportunistas, que serán puestos en evidencia ante una corriente informativa fiel a la realidad.  Y si se puede hacer todo eso, entonces las consecuencias serán más evidentes, porque en un ecosistema dinámico, inclusivo y transparente todo lo que contradiga estas características esenciales redundará en perjuicio de la calidad de los contenidos.
  • La tecnología y sus dispositivos no son lo prioritario, lo es la conexión que permiten mantener con las personas; lo es su potencial de recoger, formatear y servir mejor los contenidos que las atañen. En no más de cinco años los dispositivos que hoy conocemos y sus funciones se habrán transformado profundamente y continuarán haciéndolo. Solamente podremos descubrir su empleo en un mejor periodismo televisivo si tratamos de deducir de ellas lenguajes y formatos posibles, que se desprendan lógicamente no sólo de su determinación tecnológica sino del modo como se produce su recepción por parte del público y que lenguajes y formas de comunicación desarrolla la gente a partir de la tecnología.
  • En suma: contenidos informativos quiere decir periodismo. Innovación en contenidos informativos implica hacer más y mejor periodismo. Por tanto, se trata de crear y producir contenidos que contengan noticias y no pseudonoticias, acontecimientos y no meros sucesos, asuntos que interesen a la mayoría y no sólo a sus implicados, que promuevan la creación de opinión pública y no la satisfacción del interés particular.Leer el texto completo del trabajo:

Innovación en los informativos de TV, por Gabriel Jaraba

Todo sobre el seminario 0I2 Media de noviembre de 2016, en el que participé.

Vídeo de la mesa redonda sobre innovación en informativos, con Gabriel Jaraba, Luis Miguel Pedrero, Teresa Barceló, Urbano García Alonso y José Juan Ruiz.

 

 

Participació al Seminari OI2 d’experiències en innovació a France 24, RAI News i ZDF

El Seminari OI2 acull la presentació d'experiències de France 24, RAI News i ZDF

Els dies 3 i 4 de novembre participaré al Seminari OI2 sobre experiències innovadores en la producció i distribució de continguts informatius en televisió. Les jornades tindran lloc a les instal.lacions de Radiotelevisión Española a Sant Cugat del Vallès i al campus de la Universitat Autònoma de Barcelona.

El seminari acull les experiències de France 24, RAI News i ZDF, que presentaran els seus treballs innovadors en la producció i distribució de continguts informatius en el seminari que tindrà lloc el proper 3 de novembre.

Aquest seminari està organitzat per l’Observatori per a la Innovació dels Informatius a la Societat Digital OI2, per tal de reflexionar sobre l’evolució dels formats i les narratives informatives a la televisió, així com sobre les possibles implicacions socials i econòmiques d’aquests canvis.

Ràdio Televisió Espanyola (RTVE), al costat del Gabinet de Comunicació i Educació de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB), la Universitat CEU San Pablo i l’Escola Superior d’Administració i Direcció d’Empreses (ESADE), propicien aquest punt de trobada entre els actors que estan impulsant la innovació en els formats informatius: televisions, universitats, empreses tecnològiques, escoles de negoci, entre d’altres.

El seminari es proposa, en última instància, traslladar aquestes reflexions als mitjans i la societat així com impulsar la innovació a RTVE. Aquesta trobada tindrà lloc en els estudis de RTVE a Sant Cugat del Vallès, Barcelona.

Estic molt agraït al Gabinete de Comunicació i Educació de la UAB per haver-me permès participar en les sessions preparatòries en que vam començar a donar forma a aquesta idea.

Les noves direccions de TV3 i Catalunya Ràdio vistes per Salvador Alsius

Em costa escriure sobre els canvis de direcció a TV3 i Catalunya Ràdio. Hi ha lloances als que se’n van i recels envers els que arriben que, tot i semblar-me justificats, contenen elements que m’impedeixen afegir-m’hi. Mònica Terribas va ser una gran directora, amb el coratge que li va faltar a Francesc Escribano, però perquè sentia darrera seu un suport polític que em temo que el segon no va tenir (el PSC i ICV no tenen ni la més mínima idea de què fer amb els mitjans de comunicació, a part d’instrumentalitzar-los i xulejar-los). I als que arriben. cal concedir-los credibilitat, però en un marc molt concret: la seva assumpció del càrrec després d’una reforma legal que fa de la CCMA un ens subjecte al diktat governamental.

Salvador Alsius, una de les figures pioneres de TV3, que la va deixar (o el van fer deixar-la) per incorporar-se a la Universitat Pompeu Fabra, ha escrit un article a El Periódico prou moderat, que expressa gran part del que penso (tinc maldats a la recàmera, però) i que reprodueixo tret del blog tv3teva.cat.

VEGEM QUÈ FAN, per Salvador Alsius

L’ any 2000 hi va haver a Praga una manifestació gegantina de ciutadans que protestaven contra el nomenament d’un nou directiu a la televisió nacional txeca. Consideraven que les característiques d’aquella persona i les circumstàncies en què s’havia produït la seva designació per al càrrec posaven en perill la independència d’aquell mitjà de comunicació i el servei públic que se’n podia esperar.

No és fàcil imaginar que un fenomen semblant pugui produir-se aquí. Però sí que hi ha hagut indicis clars que els recents nomenaments de nous directors a TV-3 i a Catalunya Ràdio no han estat vistos amb indiferència per sectors més o menys amplis. Les xarxes socials, especialment Twitter, n’han anat plenes. I hi ha hagut respostes no precisament entusiàstiques per part dels comitès professionals de les respectives empreses i, en un dels casos, fins i tot del Col·legi de Periodistes.

Ja hi va haver clars motius de preocupació quan el nou corró parlamentari va imposar una reforma (contrarreforma, se’n va dir) de la Corporació Catalana de Mitjans Audiovisuals. I això es va fer passant per alt totes les opinions crítiques procedents de sectors professionals i d’autoritats acadèmiques. Però a això, per desgràcia, ja hi estem massa acostumats. Tampoc a l’anterior etapa, ni a les precedents, aquí no s’ha vist mai res que s’assembli ni una mica al marc amb què funciona la BBC, per dir-ho de pressa i emprant un tòpic entenedor. Aquesta ja no és una qüestió que es pugui retreure a uns determinats partits polítics. Tots ells, es podria dir que sense excepció, mostren una voracitat gairebé impúdica a l’hora d’exercir controls sobre els mitjans de comunicació.

Així les coses, és lògic que la controvèrsia reaparegui quan del que es tracta és dels nomenaments concrets de les persones a qui els tocarà exercir aquell cobejat control. Dues coses s’han retret als perfils dels elegits. Una d’elles és el fet que no siguin periodistes. En el cas de Catalunya Ràdio, és cert que s’ha trencat en això la tònica existent fins ara. No és així en el cas de TV-3, on han ocupat la direcció persones procedents d’altres àmbits professionals. Val a dir que no està escrit enlloc que els directors d’aquests mitjans hagin de ser periodistes. I, en la situació present, en què els nomenats hauran de capejar els embats de la crisi, cal reconèixer que hi ha una excel·lent coartada per anar a buscar persones que atresorin una certa fama de bons gestors. Com succeeix, certament, en els casos presents.

Tots dos són persones amb prou capacitat per ser ben conscients que assumeixen una tasca delicada. El sector de la comunicació està en ple procés de canvis (¿que potser ha deixat mai d’estar-ho?) i un pilotatge erroni o erràtic de les grans naus que són TV-3 i Catalunya Ràdio podria tenir conseqüències nefastes per a aquests mitjans i, de retruc, per a la nació catalana. Amb un parell de falses maniobres es pot fer anar en orris tot allò que s’ha estat construint amb molt d’esforç des de l’any 1983. I ja hi ha hagut, tant en una casa com en l’altra, èpoques en què la mediocritat dels seus dirigents ho ha fet anar tot una mica de gairell.

L’altra gran qüestió és si els llocs de procedència de les dues persones les inhabiliten per als respectius càrrecs. En un cas l’origen és el grup Godó. Aquests dies s’ha fet anar molt una mena de teoria del tipus cavall de Troia, segons la qual el nou director de TV-3 hi hauria arr bat amb la missió més o menys explícita de fer minvar la implantació de la televisió pública en favor dels interessos privats als quals fins ara ha servit. És una hipòtesi que s’hauria de demostrar. I a la qual se li pot donar perfectament la volta. Més difícil de justificar, sobre el paper, és la procedència de la persona que ha passat a ocupar la direcció de Catalunya Ràdio: el comitè de govern d’Unió Democràtica de Catalunya. La veritat és que estètic, allò que es diu estètic, això no ho és. En la seves primeres declaracions el nou director ha dit que això no ha de ser un impediment perquè ell mantingui a l’antena el degut pluralisme. On verra.

En qualsevol cas, ben aviat hi haurà maneres de comprovar les intencions dels nouvinguts. La primera d’elles, la manera com enfoquin el nomenament dels corresponents caps dels Serveis Informatius. Caldrà veure si compten amb professionals de les pròpies cases o si, al contrari, necessiten portar gent de fora. I, sobretot, caldrà veure si en aquests càrrecs hi situen persones que estiguin marcades en un sentit o en un altre. I, de tota manera, hi ha encara una garantia que assegura el caràcter i la vocació de servei públic dels dos mitjans de comunicació. Aquesta no és cap altra que la convicció i el coratge dels seus professionals, que ja n’han vist de tots els colors i que no semblen disposats a admetre derives que posin en perill el bon rumb seguit fins ara.

Eugeni Sallent, un Boi Ruiz per a TV3?

S’ho pregunta Media.cat, observatori crític dels mitjans: «Si no hi torna a haver una sorpresa com la que a última hora va evitar el nomenament de Ramon Rovira, la reunió de demà del Consell d’Administració de la CCMA nomenarà Eugeni Sallent, director de RAC1 i RAC 105, com a nou director de TV3 en substitució de Mònica Terribas.

I si la primera opció ja va alçar malestar, per l’alt grau de suport que té Terribas, no sols entre la plantilla de TV3 i els professionals de la comunicació en general, sinó entre àmplies capes de la societat civil –només cal mencionar l’insòlitcomunicat del cantant Lluís Llach-, el pla B no ha millorat gaire les coses.

Al seu favor, Sallent hi té el seu èxit al capdavant de RAC1, que ha dirigit des de la seva creació del, gairebé, no res fins a ser l’emissora líder en audiència a Catalunya, convertint-la en el primer mitjà de comunicació privat en català líder d’audiència en el seu sector i, a més, mantenir una línia editorial relativament independent de La Vanguardia –només cal recordar que l’emissora va acollir durant anys el programa Minoria Absoluta, fins i tot durant molt de temps en que aquest tenia una audiència més aviat modesta-.

Però a l’altra banda de la balança hi comptarà, i molt, les constants declaracions de Sallent molt crítiques amb els mitjans públics, tan a nivell personal com en la seva part de responsabilitat pel seu càrrec de vice-president de l’Associació Catalana de Ràdio (ACR), l’entitat que agrupa les empreses privades del sector. Sallent ha declarat, tan en conferències com en entrevistes, que “el finançament mixt de la ràdio pública és una dificultat afegida als negocis de la privada. Però hi ha altres problemes que van més enllà de la publicitat (…) per exemple en el que es refereix a l’accés de l’espai radioelèctric”.

Unes opinions coincidents amb la pressió constant que ha exercit l’ACR per tal d’aconseguir la llei que regula la supressió gradual de la publicitat a Catalunya Ràdio i –de moment amb menys èxit- la reducció de freqüències per a les emissores municipals, arribant a proposar l’eliminació de COMRàdio.

Aquest perfil ve sumat a que Sallent entra amb el mandat exprés de “realitzar un pla d’ajustos i redimensionar la plantilla” de TV3, objectius amb els que coincidia recentment en unes declaracions a l’Ara, on afirmava que “Els mitjans públics, però sobretot TV3, han de seguir defensant la seva posició de referència a Catalunya protegint el model. Però també s’han d’adaptar a les exigències actuals aplicant criteris de gestió que optimitzin els recursos”.

Per això és força probable que els gestos de rebuig i malestar dins i fora de la CCMA siguin encara més grans que quan es va proposar Rovira per al càrrec. N’hi ha, fins i tot, que ja comparen Sallent amb Boi Ruiz, pel seu perfil de gestor privat que ha entrat al sector públic amb una clara voluntat de desmantellar-lo. Oficialment per “adaptar-lo a les exigències actuals” però –segons pensen molts- per afavorir interessos concrets d’empreses privades. En aquest cas el Grup Godó, acusat en nombroses ocasions de voler reduir el pes de TV3 per afavorir 8TV».

Estratègia d’afebliment de Catalunya Ràdio i TV3: anar provant fins on aguanten els atacs

Fa algunes setmanes vaig escriure un article en aquest blog en el que afirmava que la política de la CiU actual per als mitjans de comunicació era la del PP. A algun company de professió li va semblar una afirmació exagerada, coneixedor de la meva manera apassionada d’expressar-me. Bé, doncs aquest dimecres 1 de febrer s’ha reunit la ponència del projecte de llei de modificació de diverses lleis en l’àmbit de l’audiovisual  i, acceptant una esmena del PPC, CiU ha pactat amb els populars adoptar el compromís de reduir «de manera progressiva» la publicitat a Catalunya Ràdio fins a fer-la desaparèixer, i també mantenir la disminució dels anuncis a TV3. Tot i això, Francesc Homs, portaveu del Govern, ha declarat l’endemà que és «impensable» retirar la publicitat de TV3 i de Catalunya Ràdio «en aquest context» i ha defensat que els mitjans públics catalans mantinguin, si més no mentre duri la crisi, la doble font de finançament actual, a través d’anuncis i de les aportacions de la Generalitat.

Aquesta dualitat és comprensible. Hi ha una part de CiU que vol traslladar el pes de la comunicació audiovisual en català als mitjans privats del grup Godó, i una altra que creu en la tasca del sector públic com a impulsor de la normalització de la llengua als mitjans. Els primers han transvassat el know how de Josep Cuní i la seva gent a 8TV, per tal d’enfortir-lo i dotar-lo d’una programació pròpia de flux que fins ara només estava molt dignament representada per Alfons Arús. I els segons han observat com aquesta operació no ha aportat al canal privat més audiència, com els matins de TV3 aguanten perfectament en audiència i en ressó, i com el magnífic comunicador de Tiana no obté la mateixa influència en l’opinió pública en un petit canal privat que en la primera cadena pública nacional.

Hi ha, com a remor de fons, unes ganes d’aprimar els mitjans de comunicació públics. No només per les suicides polítiques d’austeritat sinó perquè als sectors sociopolítics que es corresponen amb el partit del govern hi ha la sensació que la «joguina» ja no és tan dòcil com abans. Així com els socialistes mai no es van arribar a sentir seva TV3 durant tot el temps que van governar (per anomenar pietosament el que van fer en el seu pas pel Govern) ara els convergents s’hi senten igualment incòmodes en comprovar que les «palanques» ja no responen com dues dècades abans. Prova d’aquesta nostàlgia és el nomenament de Rafael de Ribot a la direcció general de COM Ràdio, per exemple.

En tot cas, no cal, ara com ara, que la radiotelevisió pública disminueixi la publicitat; les insercions ja han baixat soles, i de quina manera, durant els últims anys. Però és trist comprovar com ningú entén o vol entendre que la radiotelevisió pública no pot prescindir de la publicitat si abans l’estat no ha implantat el pagament directe d’una taxa de tinença de receptors per part dels ciutadans, tal com passa als països europeus amb RTV sense anuncis. I els dirigents no ho volen entendre perquè el públic en general no vol ni sentir-ne parlar, acostumats durant el franquisme a creure que la tele i la ràdio són de franc.

Com s’entèn, doncs, aquest acord entre CiU i PP? Com a part d’una estratègia de guerra de nervis en el procès d’afebliment de Catalunya Ràdio i TV3: a veure fins on aguanten.

Plataforma en defensa del servei públic de ràdio i TV de Catalunya

Un error de una magnitud tremenda

Lo ha dicho Patricia Abril, directora general de McDonald’s en España: suprimir la publicidad de TVE fue «un error de una magnitud tremenda». Lo mismo pensamos quienes hemos trabajado en televisión pública, al ver que el gobierno de Zapatero, en sus últimos tiempos, se sacó de la manga este colofón a su errática política (por llamarle de algún modo) comunicacional. El anterior presidente entregó en bandeja a las cadenas privadas el grueso del pastel publicitario televisivo mientras los profesionales de TVE luchaban con uñas y dientes compitiendo con ellas y para conseguir –y lograr– una televisión pública estatal más independiente que nunca. Lo hizo después de un proceso de implementación de la TDT –cuando esta tecnología era ya casi obsoleta– que abrió la puerta a la televisión generalista de difusión estatal a la extrema derecha y a la baja calidad en contenidos y programación. Zapatero había sido abandonado por Prisa y buscó acomodo en un empresario simpatizante que obtuvo de él algunas licencias de TDT a cambio de proporcionarle «apoyo» con un periódico que en lugar de ampliar el registro cultural socialdemócrata nos obsequió a todos con una concepción de la izquierda que hace las delicias de quienes sueñan con la reencarnación de Bullejos, Trilla y Adame en la secretaría general del PCE y con la elevación al olimpo del reciclador de discursos de Fidel.

La revista humorística La Codorniz publicaba una sección titulada Donde no hay publicidad resplandece la verdad, y vive Dios que los españolitos han interiorizado esa barbaridad. El comercio, que produce trabajo, prosperidad y paz, ha sido siempre despreciado por la hidalguía, también por ese remanente de hidalguía que pasa por progresía española y que abomina de los «fenicios», cosa que explicaría en cierto modo ese substrato de antisemitismo y anticatalanismo en la izquierda sectaria española. (Para detectar indicios de esa nueva hidalguía «proletaria» préstese atención al uso de la palabra «coherencia»). Pero resulta ser todo lo contrario: donde no hay publicidad resplandece la miseria. La ausencia de publicidad en las calles y en los medios es un indicador seguro de ausencia de libertades democráticas. Punto pelota.

En estos momentos, las empresas comunicacionales asisten a un cambio de era en el que ven decaer lo que ha sido el centro de su negocio durante los últimos 150 años: los ingresos por inserción de publicidad. Muchos observadores achacan a cierta nueva «cultura de la gratuidad» la crisis de medios e industrias culturales en lugar de hacerlo a su incapacidad de inventar nuevos modelos de negocios adecuados a la nueva realidad del mercado y a la satisfacción de sus clientes mediante valor añadido al producto. Pero la cultura de la gratuidad en televisón no es nueva. Fue el propio Francisco Franco quien la propició en el nacimiento de TVE, cuando rechazó que la naciente televisión oficial se financiase mediante el pago de licencias, como en el resto de Europa, y decidió que su funcionamiento iría directamente a cargo de los presupuestos.

Hasta la fecha, los ciudadanos han vivido con la engañosa sensación de que la televisión pública les sale gratis. En Catalunya, donde desde 1983 TV3 ofrece un servicio de televisión pública de altísima calidad, a la altura de las grandes cadenas públicas europeas (demostrado por la infinidad de premios internacionales que han obtenido sus producciones) las sucesivas direcciones generales de la corporación pública se han encontrado con la renuencia de los ciudadanos a pagar una license fee cada vez que han sido sondeados al respecto. Y a la vez, muchos de esos mismos ciudadanos han considerado que los poco más de 40 euros anuales que la televisión pública catalana recibe de sus impuestos eran demasiado dinero, cuando apenas llegan a cubrir el 30% de su funcionamiento total.

Con semejante falsa conciencia, que diríamos en marxista, no es de extrañar que los televidentes españoles acogieran con albricias y zapatetas el anuncio de la eliminación de la publicidad en TVE. Álvaro de la Iglesia vencía después de muerto, pero unos cuantos meses después, ahora mismo, el consejo de administración del ente público se plantea recuperar las inserciones publicitarias porque el recorde de 200 millones en el presupuesto pone a la televisión pública al borde del colapso.

Me temo que ni con publicidad ni sin ella tienen remedio los males de las televisiones públicas. Los gobiernos derechistas de Madrid y Barcelona saben que la nueva hidalguía populachera considera a los profesionales de la televisión unos privilegiados y se complace en verles morder el polvo a manera de pobre consuelo cuando a ellos les acechan contratos basura. No es una neura mía: la propia Casa del Rey es consciente de esa mentalidad cuando difunde que Juan Carlos cobra un sueldo medio neto mensual de 12.000 euros; uno hubiera esperado de esa augusta institución, si no transparencia total, algo más que dar penita a los tontos. En  Catalunya, el equivalente de ese populismo se complace en la maledicencia en torno a la televisión pública nacional catalana, de modo que a veces parece que se es más catalanista cuando más se desea ver por los suelos al mayor logro cultural del catalanismo contemporáneo.

Creo que fue Einstein quien dijo que había dos cosas infinitas, el universo y la estupidez humana, y de lo primero no se sentía del todo seguro. El espectáculo de ver cerrada la televisión pública de l’Hospitalet por un gobierno municipal de izquierdas, pese a una fallida resistencia de ICV-EUiA, nos indica que quizás sea verdad que los pueblos tienen las televisiones que se merecen. De momento ya cuentan con los gobiernos que ellos mismos han votado.

TV l’Hospitalet: Quan el PSC fa de CiU

Quan vaig escriure el post TV3, la televisió que tothom desitja i ningú vol vaig advertir que si la televisió pública catalana perillava, no calia esperar de l’oposició cap esforç per al salvament. El tancament de Televisió de l’Hospitalet m’ha donat la raó. Quan el tancament va ser anunciat pel govern municipal, ICV-EUiA s’hi van resistir però han acabat cedint. I al final, mortus est qui non respira i qui la pota estira. L’esquerra té una concepció merament instrumental de la comunicació, oblidant que, amb Gramsci, no es pot aspirar a l’hegemonia política sense l’hegemonia cultural. Per això el govern tripartit d’esquerres ha estat una anècdota exòtica en la història de Catalunya, sense voluntat real d’impulsar una cultura d’esquerres que en la societat actual passa per la comunicació. Van confondre aquesta acció política amb gestos patètics que volien ser «pedagògics» i l’experiència els ha destruït, tret d’ICV-EUiA, on encara hi ha qui no ha perdut el seny. Ara, l’alcaldessa de l’Hospitalet creu que pot utilitzar internet per a una «comunicació» institucional vertical i leninista, i que amb això pot prescindir de la TV local. Ai, senyor.

TV3, la televisió que tothom desitja i ningú vol

Ves qui ho havia de dir, el model de televisió pública al qual aspiren Convergència i Unió és el model del PP, sense llengua castellana. Una televisió modesteta, per anar tirant, subsidiària en quant a impacte i influencia de les cadenes privades. Sense futbol ni fórmula 1, cosa que será molt aplaudida per intel.lectuals i benpensants, però que l’allunyarà dels amplis públics populars  entre els quals es troben, precisament, els ciutadans que s’han d’anar incorporant a l’ús normal i regular de mitjans de comunicació i elements culturals en llengua catalana. Això sí, que tingui “més sinèrgies” amb les televisions locals i comarcals, cosa que, amb tots els respectes per a tanta gent valuosa que treballa en aquest sector, pot representar encaminar-la cap a aquell model proposat un dia per Alfonso Guerra, que hauria acabat emmarcant la televisió catalana en un redós costumitzant i no en el paper de televisió nacional de Catalunya que li pertoca i que fins ara ha exercit.

No només será el PP i la seva marca blanca Ciudadanos qui aplaudirà aquesta deriva imposada pel Govern; l’esquerra a l’oposició denuncia ara que la maniobra proclamada per Francesc Homs té com a objectiu afavorir interessos comunicacionals privats, però aquesta tensió no durarà gaire. I d’entre el públic hi haurà molt i molt babau que se sentirà reconfortat en imaginar que uns treballadors  que considera privilegiats veuen abaixat el seu sou, sou que li costa 40 euros a l’any, menys que una ronda de cubates.

Heus aquí, doncs, que 28 anys de treball de qualitat, d’esforç mantingut, de convertir una televisió “autonómica” en una de les cadenes publiques de més qualitat d’Europa, que parla de tu a tu i amb el cap ben alt a qualsevol altra tele, sigui la BBC o la Deutsche Welle, pot acabar ben tristament. No només en tant que televisió pública de referencia, sinò, sobre tot, en tant que eina fonamental de normalització lingüística i mitjà de fer present Catalunya davant ella mateixa. Al segle XX ja era així, però al segle XXI encara ho és més: una nació petita, amb una cultura i llengua minoritzades per l’enorme influencia de les cultures que l’envolten només compta amb una eina com TV3 per ser present al món de la comunicació, que és el món ras i curt. I els puristes als qui costi païr això, que pensin que l’alternativa és l’estat de la llengua i la cultura a la Catalunya del nord.

Que la minorització de la principal eina de nacionalització de Catalunya sigui obra d’un govern que es diu nacionalista i que fa gestos que pretenen ser sobiranistes és significatiu de que Catalunya està dirigida per un consell executiu de comptables mediocres. I, paradoxalment, aquesta acció suicida és motivada pel mateix èxit de l’empresa engegada amb la fundació de TV3 el 1983 i el camí recorregut fins ara. TV3 s’ha desenvolupat durant tots aquests anys fins assolir un nivel d’independència insòlit en qualsevol altre mitjà de comunicació, públic i privat. Va ser concebuda com a una iniciativa convergent i ha arribat a situar-se per sobre de qualsevol vicissitud partidista. Aquest és el problema: TV3 no és manipulable com es pensen els polítics –del govern i de l’oposició—que tenen una concepció de la comunicació instrumental, basada en la ignorancia i antiga. L’excel.lència de TV3 –independència, qualitat, influencia, popularitat, lideratge—ha acabat per esdevenir la seva desgracia. Estem novament davant un fet que es repeteix, dolorosament, década rere década: Catalunya no tolera l’excel.lència, cuita a destruïr allò que destaca, té èxit o és brillant. Les lloances a Guardiola i el seu estil de liderat són hipòcrites. Són falses perquè surten de franc i no comprometen ningú, només donen material per a converses que no duen enlloc i per a emmirallar-s’hi sense aportar-hi coherencia en la part que pertoca.

Per això mateix, a TV3 no la salvarà ni l’oposició actual ni el públic. Quan aquesta oposició governava, tampoc se la sentia seva i al capdavall no va saber què fer-ne. Els socialistes estaven acostumats a un joc més fácil: pujar-se a la gepa d’una empresa privada – El Periódico, Cadena Ser, El País—i fer-la jugar a favor dels interessos propis, cosa que no costa un duro i permet exercir l’instrumentalisme “resultadista”. Comprovar que a TV3 no només les “palanques” no responen sinó que no n’hi ha de palanques no ho han paït mai, estorats en veure com posar al davant de la Corpo una directora general simpatitzant no obrava el miracle. Iniciativa ha passat pel Govern convençuda que TV3 era un niu de nacionalistes dretans, cosa meravellosa i estranyament compatible amb un altre miratge simultani per part dels convergents, convençuts al seu torn de que la criatura gestada per Pujol i Prenafeta havia quedat en mans d’un “escamot leninista”.  Esquerra va entendre la complexitat de la qüestió perquè Joan Manuel Tresserres, Albert Sàez i Enric Marín són tres destacats científics de la comunicació. I sobre tot perquè, d’entre ells, algú va saber fer una lectura gramsciana de la qüestió –lluitar per l’hegemonia cultural per tal de guanyar-ne la política– mentre que cap dels posteurocomunistes que hi ha a Iniciativa i al PSC van saber apreciar el que els havia caigut a les mans. Algun dia caldrà estudiar el paper que han tingut els antics militants de l’extrema esquerra dogmàtica i autoritària reconvertits en socialdemòcrates en el dogmatisme, l’oportunisme i la incapacitat de llegir realitats complexes que ha fet del gran partit socialista català una despulla ideològica. Però, al final, la realitat s’ha imposat: TV3 ha estat desitjada per tothom però mai ningú no l’ha estimat.

Els telespectadors que han format el gruix de la seva audiencia han gaudit durant tot aquest temps d’una de les millors televisions, si no de la millor, d’Europa. Ara, el desori de l’oferta de canals de TDT els porta un tastet de realitat, però no són ni de bon tros conscients que la televisió europea és avorrida i mediocre, i que els productes de qualitat de la BBC o Channel 4 són excepcions. Al continent no hi ha televisions divertides, amb les quals et puguis sentir identificat, que exerceixin un efecte de proximitat i que pensin en tu no com a un resultat d’audímetre o com el client d’un producte comercial. La supervivencia de Catalunya com a nació, amb la seva llengua i cultura, és una excepció europea; l’existència de TV3 com a televisió pública nacional és l’excepció coherent amb aquesta realitat. Fins ara.

Em temo que els telespectadors no seran capaços de defensar i salvar TV3. En primer lloc, perquè les formacions polítiques que podrien liderar aquest procés no són capaces de fer-ho, analfabetes comunicacionals com són i amarades d’instrumentalisme tacticista. Molta gent pensarà, de bona fe, que si cal reduïr despeses també cal fer-ho en la televisió pública. Però la televisió pública no és una conselleria, un departament de l’administració o un servei qualsevol. A diferencia d’altres serveis públics, TV3 manté una competencia, molt dura, amb l’oferta privada, una oferta que és en castellà tret d’excepcions encara irrellevants. No oferir programes competitius, massius, que tenen un cost determinat pel mercat, significa renunciar al lideratge en la catalanització del país i quelcom encara pitjor: resignar-se a la subsidiaritat de la llengua catalana en el panorama comunicacional, el panorama on es juga no només el futur sinó el present de les llengues, les cultures i les nacions. Em temo que això és massa sofisticat en uns ambients en els quals hi ha qui pensa que Ramon Pellicer va pel món en limusina i qui ignora que un esdeveniment per a infants excepcional i únic com la Festa dels Súpers es fa a base de força de braços dels treballadors de la casa.

Ara sabrem, els que treballen a TV3 i els qui hem treballat durant gairebé dues decades, si els nostres conciutadans mereixen aquesta feina. De moment, ells han premiat amb el seu vot el desmantellament persistent d’una de les millors sanitats públiques europees i la desmoralització dels seus professionals. Pel que fa als dirigents polítics, ara ja sabem que no.

Vicent Partal ha escrit a Vilaweb: Menys TV3, una decisió que afebleix la catalanitat

ACTUALITZACIÓ. Plataforma en defensa del servei públic de ràdio i televisió de Catalunya.

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DR. GABRIEL JARABA
Doctor en Ciencias de la Comunicación y Periodismo.

Soy un periodista senior en ejercicio desde 1967, con experiencia en prensa, radio, televisión e internet. Me dedico a tareas académicas y de activismo social como Doctor en Ciencias de la Comunicación y Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona. Actualmente sirvo como profesor en esa Universidad; en la Cátedra Internacional UNESCO Unaoc UniTwin de Alfabetización Mediática y Diálogo Intercultural, la Cátedra UNESCO de MIL para el Periodismo de Calidad, la Cátedra RTVE-UAB para la Innovación de los Informativos en la Sociedad Digital y en el Gabinete de Comunicación y Educación de la UAB.

Soy analista de la información y los medios en la Fundació Periodisme Plural y escribo en el diario Catalunya Plural. Hago investigación en comunicación, en redes sociales de internet y en humanidades digitales. Elaboro métodos de impulso de la creatividad y de gestión mental.

Autor de los libros Periodismo en Internet (Ed. Robinbook); Twitter para periodistas (Ed. UOC); Youtuber (Ed. Redbook) y ¡Hazlo con tu smartphone! (Ed. Redbook) y coautor de otras obras sobre comunicación y educación.

Como ciudadano promuevo el apoyo a Naciones Unidas en la perspectiva de Una Sola Humanidad, como colaborador de la ONG internacional World Goodwill – Buena Voluntad Mundial.  Soy miembro de la European Transpersonal Association y del Institut de Psicologia Transpersonal de Barcelona. Propongo un universalismo inclusivo basado en el humanismo y desde el catolicismo que ejemplifica el papa Francisco, y soy feligrés de la parroquia de Santa Anna.

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SOY PROFESOR E INVESTIGADOR EN:

CATEDRA UNESCO DE MIL Y PERIODISMO DE CALIDAD

GABINETE DE COMUNICACIÓN Y EDUCACIÓN UAB

Profesor e investigador

UNIVERSITAT AUTÒNOMA DE BARCELONA

MASTER EN COMUNICACIÓN Y EDUCACIÓN

MENTOR

CERTIFICACIÓN PROFESIONAL EUROPEA EN PSICOTERAPIA Y PSICOLOGIA TRANSPERSONAL

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